Sus caras no muestran una gran alegría.
Bueno, pues ya está, las
elecciones en Cataluña ya pasaron. ¿Y ahora qué?
A la vista de los resultados
electorales los ciudadanos catalanes están divididos por la mitad. Da igual que
unos u otros se empeñen en hablar de su victoria. Dada la importancia de lo que
está en juego, la diferencia en votos ha sido tan exigua que es inapreciable.
Dependiendo de la facción – y
tristemente tenemos que hablar de facciones – el escrutinio lo explican
basándose en el número de diputados o en el de votos.
Ya antes del 27 de septiembre,
los independentistas dijeron que ellos iban a tener en cuenta el número de
diputados; los no independentistas, a su vez, se reafirmaban una y otra vez en
el número de votos.
Conclusión: las reglas no estaban
claras y cada uno jugó con las suyas.
Otra de las cuestiones planteadas
por los independentistas fue la del sentido plebiscitario de las elecciones,
todo lo contrario de lo que argumentaban los no independentistas.
A la vista de los resultados las
tornas se cambiaron. Los no independentistas hablaron del sentido
plebiscitario, empezando por Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, y los nacionalistas
pasaron del término.
Llegados aquí veamos que dice la
RAE (Real Academia Española) sobre el significado de plebiscito:
plebiscito.
(Del lat. plebiscītum).
De la tercera acepción vamos a pasar por no venir a cuento. Imagino que
no se pondrá en duda lo que dice la RAE - ¿o sí? -.
Conclusión: Otro desacuerdo de
partida y de llegada. Ni se contaron los votos por ambas partes ni fue una consulta
directa a los ciudadanos.
El 27 de septiembre se celebraron
unas elecciones autonómicas para elegir 135 diputados que a su vez son los que
deciden quien va a ser el presidente de la Generalidad. Pues bien, una de las
candidaturas presentadas, la coalicción Junts pel Sí, es en la que se integró Artur Mas, pero
no como cabeza de lista, en cuarto lugar. Oriol Junqueras, de Esquerra
Republicana de Catalunya (ERC), iba en quinto lugar.
Recordar que ERC es de izquierdas
y Convergencia Democrática de Cataluña (CDC), el partido de Mas, es liberal -
vamos de derechas -.
Junts pel Sí estuvo encabezada
por Raül Romeva que fue eurodiputado por Iniciativa per Catalunya-Verds, cuya
ideología proviene del comunismo y del ecosocialismo.
De todo este batiburrillo
ideológico, cuyo único nexo es la independencia, saldrá el presidente, que no
será Romeva, sino Mas – o eso parecía -.
Volvamos atrás. Esas elecciones
no estaba nada claro que fueran plebiscitarias - como se demostró a posteriori
– por lo tanto fueron para elegir presidente.
Junts pel Sí prescindió de lo que
es norma en las democracias – a la que tanto apelan – y su número uno no va a
ser presidente sino el cuarto de la lista. Eso, por mucho que se empeñen, es
inaudito en cualquier democracia. Que yo sepa es la primera vez que sucede.
Conclusión: Junts pel Sí dió gato
por liebre a los catalanes. Han manipulado las formas democráticas. Han
mezclado aceite con agua y han dado de beber el brebaje a los catalanes.
Por si este galimatías fuera poco,
ahora Junqueras está diciendo que lo importante no es quien sea el presidente
sino la independencia. Menuda hostia para Mas.
A su vez la CUP (Candidatura
d´Unitat Popular) – izquierda anticapitalista e independentista – ha dicho que
no votará a Mas y que quiere una terna de presidentes – sin comentarios -.
El panorama no puede estar más
encabronado y de mano esa Arcadia feliz ya no lo parece tanto.
No han sido serios. Los ciudadanos
catalanes se merecían responsabilidad, solvencia y rigor en los planteamientos,
no se los han ofrecido. Han sido unas elecciones en las que creo que han votado
más con las tripas que con la razón – no les han dado razones -.
Independentistas y no independentistas han actuado como trileros.
Esto tendrá más capítulos.
El laberinto patriotero de los nacionalistas catalanes by Santiago Pérez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.
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