Viñeta de El Roto 29 enero, 2016
Eso
sí, las contradicciones del mercado serán corregidas por la mano invisible, que traducido significa que se regulará por sí
mismo.
Vaya,
un mundo idílico.
No
pensemos que Adam - para los amigos - era tan inocente. Consciente de que el
amor por uno mismo es consustancial al ser humano creía que había controlar ese
egoísmo. Pues tenía toda la razón. Yo se la doy. Lo contrario sería andar a la
gresca de forma permanente.
Este
buen hombre - Smithi para los amigos –
la lió con sus teorías. Unos le siguen dando la razón y otros pues no.
No
voy a hablar de Karl Marx. No, que no hablo de él. Sería un despropósito traer
a colación las teorías de un hombre del siglo XIX. ¡Faltaría más!
Liberales
económicos haberlos haylos. Incluso hay seguidores de Milton
Friedman. Por cierto, para los fervientes forofos de Milton – para los
amigos – decirles que era partidario de la legalización de la marihuana.
Ahora
se podrán comprender las decisiones que se toman en los consejos de
administración de los bancos y multinacionales.
Ya
conocen eso de En todas casas
cuecen habas; y en la mía, a calderas.
Fernando Sicilia, economista,
integrante de El Club de los Viernes, asociación liberal de carácter
apartidista, no se rían por favor, sigue a pie juntillas al bueno de Smithi:
“No hay nada más social que una sociedad próspera. Y no hay mejor forma
conocida de progresar que la economía de libre mercado”.
Suena serio.
Para reafirmar su aseveración
recurre al ejemplo dado por Margaret Thatcher. Esta seguidora de Adam Smithi
y más aún de Milton Friedman, no solo acertó en sus estrategias económicas,
según Sicilia, no señor, fue aún más lejos e influyó en la sociedad y en la
política, cambiando el foco del debate.
Esto sí que suena serio.
Llegó a ponerse circunspecto y
afirmó Fernando Sicilia: “Es necesario comprender que el Estado no dispone de
recursos propios, sino de aquellos que la sociedad le otorga”.
En estos momentos me acuerdo de
Telefónica, Ensidesa o las cajas de ahorros. ¿Qué tendrá que ver uno con otro?
Nada, nada de nada.
Cuando se coge la senda de la
trascendentalidad no hay forma de parar.
Fernando Sicilia prosigue: “Lo
realmente rompedor es dar oportunidades a la gente para que se eduque, trabaje
y muestre sus activos aportando su generación de riqueza al conjunto de la
sociedad. Sin barreras, sin oligopolios, sin el control de unos pocos. En
resumen, el espíritu liberal con mayúsculas que ha llevado a la humanidad a sus
más altas cotas de bienestar”.
Hemos llegado al summun del
paroxismo. ¿En qué galaxia vive?
En esta misma senda liberal anda
Alberto González, director general de la patronal asturiana, la Federación
Asturiana de Empresarios (FADE).
El esfuerzo personal es
prioritario y desde luego “no nos oponemos a que existan medidas de prestación
social”. Deja las cosas claras: “No puede ser que estén durante años y años
cobrando esa ayuda, porque eso desincentiva la búsqueda de empleo”. Y se
refiere al salario social.
Cuánta razón tiene.
Estoy seguro que Alberto González,
en nombre de la FADE, habrá renunciado a cualquier subvención o ayuda. Oigan,
todo esto por su bien y el de la sociedad. Hay que ser liberales.
Según nos cuentan, los empresarios
prefieren un sistema temporal y controlado de tickets de comida, de ropa o incluso
que la administración ayude a las familias con problemas económicos en el abono
de facturas como la luz.
Una sugerencia: el ticket de
comida que sea para la cocina económica. Me viene a la cabeza Cáritas.
Estas tesis, tan actuales, no como
esas de Carlitos el colectivista, tienen su apoyo en el mundo político.
Es normal, no se puede entender la economía sin la política. Unas políticas liberales
contribuyen al buen desarrollo de la sociedad.
La mente me juega unas malas
pasadas. ¿Cuántos políticos andan por los juzgados por corruptos? Un montón, un
montón enorme. ¿Quién los corrompe?
Esto no tiene nada que ver. Son
cosas distintas. Estoy mezclando, sin duda. Aquello de laisse faire, laissez
passer no viene al caso. Soy un manipulador.
“Nadie va a ponerse a trabajar si
se lo llevan gratis a casa”. ¡Qué gran verdad! Yo me apunto.
Eso de la justicia social, la
equidad y otras zarandajas son argumentos que utilizan los vagos, los parásitos.
¿Alguien recuerda, cuando comenzó la
movida del Movimiento 15 M, que era lo que achacábamos a los diputados? Se nos
olvidó, vaya que sí.
Hay quien asegura que el salario
social debe ser utilizado “como una herramienta de inclusión y no sólo de
protección a los excluidos”.
Algo bueno tiene la frase,
reconoce que hay excluidos. ¿Qué hacemos con ellos? ¡Que busquen trabajo! ¿Dónde?
¿En Alemania, Inglaterra, Estados Unidos…?
Para los olvidadizos: 4.779.500
personas sin trabajo, en España, según la Encuesta de Población Activa (EPA) del cuarto
trimestre de 2015. De los recortes en prestaciones igual alguno se acuerda.
Miren,
si el reglamento que regula el salario social está mal, arréglenlo, pero no me
vengan con estas historias.
En
Asturias, a 30 de noviembre de 2015 había 18.388 titulares beneficiados con el salario social. Según el cálculo estimativo que
han realizado, al referirse a unidades familiares, los beneficiados pueden ascender a unas 40.000 personas. En
Asturias. Cómo para caérsenos la cara de
vergüenza.
Un
detallito sin importancia: el importe del salario social es de 442,9 euros al
mes.
Ahora
es cuando no hago comentario alguno.
Asturias,
según la EPA, acabó el 2015 con 95.800 parados, el 20,33 por ciento de la
población activa.
¿Quién
es el guapo que quiere vivir con 442,9 euros al mes?
¡Anda
ya!
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