Publicado en La Nueva España el 2 de agosto de 2017
No
es una pregunta retórica: ¿qué les pasa con las bibliotecas públicas? Tampoco
es una pregunta sin destinatario. Va dirigida al consejero de Educación y
Cultura, a los parlamentarios asturianos y a los alcaldes. Podrán contestarme –
no lo tienen que hacer, gracias – que no les pasa nada. Claro, que sí les pasa,
no se acuerdan de ellas.
Permítanme
unos datos. En 2016 el número de visitantes en las bibliotecas públicas
asturianas fue de 2.915.381 y se prestaron 1.211.035 documentos.
Creo
que son unas cifras importantes y ello a pesar de que las administraciones
pasan de ellas. No se ofendan aquellos ayuntamientos que sí les prestan
atención y destinan recursos. Eso sí, no nos engañemos, no es lo habitual y en
muchos casos se racanea con ellas.
La
mayoría de las bibliotecas públicas asturianas son de titularidad municipal y
siempre han contado con un presupuesto del gobierno autonómico. En los últimos
años ese presupuesto se ha ido reduciendo de forma notable.
Este
año la Consejería de Educación y Cultura informó, vía BOPA (Boletín Oficial del
Principado de Asturias), que la entrega de ese presupuesto sería mediante subvenciones
a cada Ayuntamiento. Nada que objetar. Si tiene que ser así, sea.
El
problema radica en que estamos a finales de julio y no sabemos nada de dicha
subvención. Primero hay que publicarla en el BOPA, a continuación dejar un
plazo para admitir solicitudes – serán unos veinte días – y más tarde tienen
que resolver las peticiones y en su caso realizar aclaraciones. Al final dos
meses no nos los quita nadie. Es decir,
en el mejor de los casos para octubre las bibliotecas públicas dispondrán de un
presupuesto del gobierno asturiano.
¿Se
atreverán a decirnos que sí les importan las bibliotecas públicas? Pues va a
ser que no.
Al
consejero no le hemos escuchado una sola palabra sobre las bibliotecas, a los
parlamentarios asturianos tampoco.
Las
bibliotecas tienen la aceptación que tienen gracias al trabajo del personal
bibliotecario. En muchos casos, demasiados, las convicciones profesionales son
las que hacen posible que las bibliotecas sean uno de los servicios públicos
más utilizados y valorados por los ciudadanos.
Resulta
muy difícil trabajar cuando no hay un presupuesto mínimo. No les hablo de
grandes cifras. La mayoría de las bibliotecas reciben del gobierno asturiano
una cantidad que de media no creo que alcance los 1.500 euros. No hace falta
que les recuerde el precio de los libros ¿verdad?
A
uno y a los otros se les olvida el papel que desempeñan las bibliotecas
públicas en una sociedad democrática. Les aseguro que con su desidia y dejadez
están perjudicando a los ciudadanos y a la calidad democrática en la que
deberíamos desenvolvernos.
Está
claro que las bibliotecas públicas no les interesan ni les importan.
Gracias
por nada.
¿Qué les pasa con las bibliotecas públicas? by Santiago Pérez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.
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