Si buscan Alias Grace en Google les saldrán casi cuatro millones de
resultados. Las primeras páginas, como comprenderán no las he comprobado todas,
hacen referencia a la miniserie televisiva, seis capítulos, que lleva ese nombre
y que está coproducida por la cadena canadiense CBC Televisión y Netflix. Debe
estar arrasando.
No pienso hablarles de ella,
no la he visto, lo haré del libro sobre el que descansa la serie: Alias Grace de Margaret Atwood,
traducida por María Antonia Menini Pagès. La novela se publicó por primera vez
en 1996 y en octubre pasado la editó Salamandra.
La historia se desarrolla en la
época victoriana, que aunque hace referencia a la historia del Reino Unido y a
la etapa del largo reinado de Victoria I, con posterioridad ese término se
extendió para explicar las sociedades anglosajonas a partir de la década de los cuarenta del
siglo XIX. La industrialización, la emigración, la Guerra de Secesión están presentes en la
novela, al igual que lo está el falso moralismo, los prejuicios o el machismo. Es un reflejo de la vida canadiense y
estadounidense de ese momento.
La novela “es una obra imaginaria
pero basada en la realidad”: un asesinato ocurrido en Canadá en 1843. Grace
Marks es la protagonista, y se supone que coautora, o cuando menos cómplice, de
James McDermott que asesinó a Nancy Montgomery y Thomas Kinnear. Grace tenía
dieciséis años cuando se produjo el crimen.
Partiendo de ese homicidio se va
reconstruyendo la historia a lo largo de 515 páginas. La narradora principal,
que no la única, es la propia Grace. El intermediario necesario en este proceso
de recuperación de la memoria de los acontecimientos es el doctor Simón Jordan
que está iniciando su carrera como psiquiatra, una psiquiatría que está en sus
fases iniciales.
El doctor Jordan es un hombre con
ansias por destacar, con una madre posesiva que intenta condicionar su vida y
que a su pesar sí que tienen mucha influencia sobre él. El personaje va mostrando, cada vez más, su
esencia timorata y sin carácter. Llega a comportarse como un cobarde incapaz de
enfrentarse a las consecuencias de sus actos. Su relación con las mujeres deja
bastante que desear. Los miedos le asaltan. No es capaz de comprometerse aunque
su mente es un hervidero de deseos sexuales.
La prostitución surge a lo largo
de la novela como la única alternativa para muchas mujeres cuando ya no son ni
aceptadas como criadas.
Alias Grace está tan bien escrito que parece una novela del XIX.
Según se avanza en ella te va enganchando más, es adictiva. Es un dramón. A la
pobre Grace le pasa de todo, no es un personaje de Dickens pero se le parece. No
falta la crítica social ni el feminismo o el tema de los derechos humanos tan
queridos por Margaret Atwood.
Los personajes no me dejaron
indiferente, fui tomando partido en todo momento. La verdad es que hay poco que
salvar, el constreñimiento victoriano genera pocos afectos. Religiosos,
buscavidas, matasanos, machistas forman la fauna masculina; las mujeres no
cuentan en esa sociedad y llevan la peor parte.
La mente, los sueños, la locura y
su incipiente estudio es uno de los hilos que tejen la historia. El mesmerismo
– Mesmer, médico alemán, creía que había energías invisibles que se movían
entre los seres vivos, el llamado magnetismo animal o mesmerismo -, la falsa
hipnosis, los prejuicios, el desconocimiento del cerebro humano, la religión se
entremezclan para dar una idea del desconcierto científico de aquellos años. La
mente sigue siendo una gran desconocida
y sus trastornos nos asustan.
La narración te conduce a un
final esperado pero en el que quedan muchas dudas. ¿Grace Marks es culpable o
no? ¿Es tan inocente cómo parece? Pues no se lo pienso decir. Tendrán que leer
el libro y lo podrán averiguar ¿o no?
Ya sé que no se estila el leer
libros más de doscientas o trescientas páginas, que no les asusten las más de
quinientas de Alias Grace. Intercala
varios narradores, poesías, cartas, tiene de todo un poco. Es un buen libro. Me
gustó y aunque no se deba decir yo lo digo: es entretenido. ¡Mira tú! ¡Qué
herejía! ¡Catalogar los libros por ser entretenidos o no!
Margaret Atwood escribe muy bien
y creo que hay que conocerla. No me hagan ni puñetero caso: léanlo. Lo tendrán
disponible en su biblioteca pública o librería preferida.
Alias Grace ¿una criada asesina? by Santiago Pérez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.
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