21 ago 2019

Los restos del Conde de Campomanes siguen reposando en paz

Publicado en La Nueva España el 21 de agosto de 2019

La sacramental de San Isidro de Madrid está considerado uno de los cementerios más bonitos, y no solo de España. Se podría decir que es un cementerio romántico, por aquello del movimiento artístico, desde luego. No hay romanticismo en la muerte. No, no quiero hacer la competencia a Nieves Concostrina.

Denme un poco de tiempo.

En el siglo XIX se convirtió en el cementerio de la nobleza, políticos, gente adinerada y artistas de relumbrón. Allí están sepultados, entre otros, Leandro Fernández de Moratín, Emilio Castelar, Francisco Silvela, José Echegaray, Antonio Maura, José Ortega y Gasset y más recientemente Concha Piquer y Miguel Boyer. Ya ven, gente de lo más granado. Más cercano a nosotros, no el tiempo pero sí afectivamente, allí reposan los restos del Conde de Campomanes.

Para los más despistados, les recuerdo que Pedro Rodríguez, Conde de Campomanes, nació en Sorriba (Tineo) aunque vivió pocos años en ese pueblo. Aún así, a todos los efectos y según es tradición, es hijo de esta tierra tinetense.

El Conde de Campomanes fue presidente del Consejo de Castilla entre 1786 y 1788, el cargo más relevante tras el rey. Transformó la administración de Justicia y de Correos; inició el proceso de transformación agraria del país; fundó el antecedente del Banco de España (Banco Nacional de San Carlos); fue el máximo impulsor de las Sociedades de Amigos del País y un larguísimo etcétera. A pesar de todo ello su figura no parece tener gran predicamento en su patria chica.

Les cuento a qué viene todo esto.

Hace unos días, fuentes bien informadas, me contaron que llegó una notificación al Ayuntamiento de Tineo comunicándoles que en el cementerio de San Isidro de Madrid se iban a realizar obras de reacondicionamiento y que el nicho donde se encuentran los restos del Conde de Campomanes se vería afectado: sus huesos podrían terminar en un osario común. No les parecía bien que los huesos del prohombre tinetense acabasen perdidos y de ahí el intento de buscar alguna alternativa.

La cuestión parece razonada y razonable.

Desde el consistorio se pusieron en contacto con quien consideraban que podía aportar alguna sugerencia. Pero no. Rápidamente se zafó del asunto y lo trasladó a un tercero. Este último se toma el tema en serio y llega a contactar con el actual Conde de Campomanes. Este se pone en contacto con el arzobispado de Madrid, al que pertenece el cementerio de San Isidro, según tengo entendido. Le responden que finalmente la zona donde se encuentran los restos de Campomanes no se verá afectada y que allí seguirán.

Problema solventado.

Por cierto, el actual Conde de Campomanes no es descendiente del tinetense, solo ostenta el título.

Y a todas estas ¿el ayuntamiento que gestiones realizó? Pues según mis fuentes, nuevamente bien informadas, se lavaron las manos. Consideraron que era un tema familiar en el que no había que inmiscuirse.

Sin comentarios.

La figura, los restos, de uno de los hombres más importantes en la Historia de España se merecía bastante más respeto.

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