Mario Conde es un tipo decente.
Por favor, no se equivoquen, me refiero al Conde de Padura no al otro.
Leonardo Padura nunca me
defrauda. En su última novela, Personas
decentes, Mario Conde regresa a la investigación criminal. Recuerden que
abandonó la policía por cuestiones éticas y ante sus insalvables diferencias con el régimen cubano.
Sobrevive con la compraventa de libros, pero el negocio no va bien y tendrá que
aceptar un trabajo.
Conde es un descreído, un desencantado
y un pesimista. El régimen político cubano tiene mucho que ver en ello, por no
decir todo. Quienes hayan leído algunos libros de la serie de Mario Conde saben
que hay personajes, sus amigos, que aparecen en todos ellos. Son estos su sostén.
Ahí están Carlos «el Flaco», Candito el Rojo, Conejo y Dulcita, que regresan
temporalmente a La Habana, Antonio Ragel, que fue su jefe y Tamara, la mujer
que quiere, que en esta ocasión le tiene preocupado.
La música, la comida, mejor dicho
la falta de comida son cuestiones importantes en sus vidas, todo ello regado
por buenas cantidades de alcohol, cuando lo tienen. Como ya conocen los
lectores de Padura, Conde no solo investiga crímenes, es el ojo crítico de un
régimen que asfixia a los cubanos. En Personas
decentes queda en evidencia, una vez más, la corrupción política y social.
La vida de los ciudadanos se mueve entre la picaresca, el trapicheo de todo
tipo de mercancías y la resignación ante el poder opresor.
Mario Conde quiere ser escritor,
está escribiendo un libro, pero le da miedo el no poder acabarlo o que no tenga
calidad y esa falta de confianza en sí mismo pesa en su ánimo. En esta ocasión
tendremos la oportunidad de saber de qué trata.
El asesinato de un antiguo
jerarca del gobierno cubano, no será el único muerto, coincide con los
preparativos de la visita de Barack Obama, el concierto de los Rolling Stones y
un desfile de modas de Chanel. Transcurría el año 2016. Vamos, un escaparate del
capitalismo puro.
Paralelamente la novela narra otra
historia, fechada en 1910. Narrada por Arturo Saborit, policía de la época,
cuenta la historia de un personaje real, Alberto Yanini y Ponce de León,
proxeneta con buenas relaciones políticas.
La visita de Obama a Cuba tuvo
lugar el 20 de marzo de 2016, duró dos días. Hacía 88 años que un presidente estadounidense no
visitaba la isla. Hubo quienes creyeron que a partir de ese momento una nueva
etapa se abría en las relaciones entre EEUU y Cuba y que podría llegar el fin del embargo
económico. Nada más lejos de la realidad. La llegada de Trump a la Casa Blanca
acabó con cualquier atisbo de mejoría.
En ese desembarco capitalista
pusieron el broche de oro los Rolling Stones que el 25 de marzo de 2016 dieron
un concierto en la Ciudad Deportiva de La Habana.
Igual que llegaron las ilusiones,
así se fueron.
Los 62 años de Mario Conde pesan
en su cuerpo y el desánimo guía su vida. Su futuro es incierto y ya veremos por
qué nuevos derroteros se encaminará. Estaré esperando una nueva entrega.
Les recomiendo Personas decentes, es mucho más que esta
breve reseña. Lo disfrutarán y podrán sacarle más partido sí lo desean.
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