16 oct 2024

Una novela cuasi profética

 

 

  Hubo profetas, eso dicen,  o científicos adelantados a su tiempo que fueron capaces de predecir con cierto éxito adelantos tecnológicos o médicos y escritores que describieron situaciones o acontecimientos que parecían imposibles. Como ejemplos tenemos a Isaac Asimov, Julio Verne o Los Simpson, estos últimos convertidos en auténticos oráculos. Pues bien A. H. Homes, escritora estadounidense se convirtió en pitonisa con su novela La revelación, traducida por Maurico Bach.
  La revelación es una novela de política ficción, aunque la realidad demostró que tiene poco de invención. Les cuento. La llegada de Obama a la Casa Blanca cayó como una bomba en las filas republicanas y eso llevó a que un grupo de ricos empresarios, militares, jueces, políticos se confabularan para derrocar al presidente Obama.
  ¿Les suena? Claro que si. La autora comenzó la novela antes de la aparición de Trump en la escena política y ya vimos lo que pasó, y lo que nos quedará por ver. Uf, que dolor.
  Fue evidente que la derrota de McCain sacó a la luz, con renovados bríos, lo más reaccionario, sexista y racista de la sociedad estadounidense que alcanzó su cúlmen con la llegada de Donald Trump al poder.
  La novela, de 444 páginas, se desarrolla en un tiempo concreto, entre noviembre, fecha de las elecciones en EEUU y la toma de posesión en enero. En ese país está todo muy reglamentado y legislado, me río yo cuando dicen que en España hay muchas leyes. Recuerden que las elecciones presidenciales se realizan en Estados Unidos cada cuatro años, el primer martes después del primer lunes de noviembre. El Día de la Inauguración Presidencial, que así lo denominan, se celebra cada cuatro años el 20 de enero, o en su caso el 21 si el 20 es domingo. Se realiza en el edificio del Capitolio en Washington D.C.
  La revelación no deja de ser una sátira sobre el poder en la sombra, que existir existe, aunque en Estados Unidos sea más evidente dada la presencia pública de los grupos de presión, los lobbys.
  La trama está liderada por un magnate al que denomina Pez Gordo, al que acompañan otros tipos forrados así como un militar y un juez. Están dispuestos a emplear mucho dinero y tiempo para lograr echar a Obama de la presidencia. No les hacen ascos a nada ni a nadie para conseguir su fin. Así están dispuestos a tirar de los grupos integristas cristianos, que a ellos mismos les asustan, así que menudos deben de ser. No son los únicos en la acción conspiratoria. El militar les confiesa que hay más gente interesada en el mismo objetivo, pero no revela quienes son. El lector llega a la conclusión de que dentro de las fuerzas armadas y agencias de todo tipo hay un complot para «encarrilar» las cosas.
  Las reuniones de estos personajes resultan estrambóticas y vergonzosas, al menos para mí.
  Su mundo se estaba desmoronando y eso quiere decir que el mundo se desmorona, no solo el suyo. El objetivo del grupo es que Estados Unidos recupere los valores que ellos creen que se perdieron. El país está bien si va como ellos, y los que son como ellos, han diseñado. Cualquier modificación del esquema establecido conduce al desastre, según sus planteamientos.
  Ahora que lo pienso ¿a qué y a quienes me recuerda esto?
  Además de la conspiración hay una segunda trama a la que se llega casi de forma abrupta. Pez Gordo está casado con Charlotte y tienen una hija adolescente, Meghan. Las relaciones de pareja solo existen para la galería. Charlotte es una mujer ninguneada que se vio arrastrada al alcohol. Llega un momento en que decide dar un giro a su vida e ingresa en una clínica para desentoxicarse y allí comienza un cambio en su vida.
  Por su parte, la joven Meghan siempre ha visto el mundo a través de los ojos de papá, pero esa situación también cambia y comienza a plantearse muchas cuestiones y, sobre todo, a pensar que igual su papaito no tiene siempre razón, incluso en política.
  La vida no puede estar en peor momento para Pez Gordo. La política le dio un varapalo de cuidado cuando los ciudadanos optan por Obama, demócrata y negro, su mujer se aleja de su esfera cuando él quería, aparentemente, reconducir su situación de pareja, y su hijita le cuestiona en general. Las mujeres de su familia están alcanzando su independencia y se están desprendiendo del yugo que él les puso. Esta situación también le supera.
  Al inicio dije que La revelación era una novela de política ficción, me retracto, no lo es. Refleja los cambios que se han producido en Estados Unidos, sobre todo en la política, no para bien.

 


 Comentario para Cadena Ser Occidente 15 octubre 2024

 

 


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