4 dic 2024

El descaro de la extrema derecha


  La Red Política de Valores se reunió, el pasado 2 de diciembre, en la sede del Senado de España para celebrar su VI Cumbre Transatlántica. Vamos por partes, ¿qué es la Red Política de Valores? Se trata de una plataforma mundial que reúne a políticos que promueven y defienden lo que ellos denominan los valores de la familia, la vida y la libertad. Dicho así parece algo muy serio y trascendente. Pues lo es, pero no por lo que parece, si no por lo que son. Entonces ¿qué son? Son políticos de extrema derecha cristianos. ¿Cuales son sus objetivos? A tenor de lo leído y escuchado pretender unificar criterios, a nivel global, para hacer frente a derechos reconocidos en las democracias occidentales como son el aborto, la eutanasia, el matrimonio igualitario y la ciencia. Son acientíficos.
  A poco que cualquier persona razone un poco y se considere empático comprenderá que estos derechos no atentan contra la libertad de nadie, pues a nadie se imponen. La extrema derecha habla de libertad individual, pero solo creen en la «libertad» que imponen.
  Lo escuchado en el Senado en esa aciaga jornada además de dar escalofríos produjo vergüenza por los disparates que soltaron. Fueron exabruptos cargados de mentiras, desprecio y odio hacia los que no piensan como ellos.
  Un exponente de lo sucedido en esa delirante reunión fue lo que afirmó Jaime Mayor Oreja, que fuera ministro con el ínclito Aznar y que estuvo en un tris de sustituirle. Lo debieron de ver tan radical que ni el propio Josemari se atrevió a tanto.
  Habló Mayor Oreja de «modas dominantes» refiriéndose, seguramente, al feminismo, así lo suelen denominar «moda» en plan despectivo.
  No tuvo empacho en afirmar, Oreja, que «la cultura woke ha dado un paso atrás y han sido derrotados los que defienden el aborto».
  Se denomina woke a movimientos e ideologías de izquierda que luchan contra la desigualdad social, defienden la igualdad entre sexos… vamos, que están a favor de eso que denominamos en general justicia social en término amplio y cubriendo todos los ámbitos sociales.
  Jaime Mayor llegó al extremo del paroxismo cuando soltó categóricamente que «entre los científicos, fundamentalmente están ganando aquellos que defienden la verdad de la creación frente al relato de la evolución. Estamos ganando a pesar de que la moda dominante siga rabiosa y enfadada».
  ¿Cómo es posible que haya quienes niegan la evolución? Negar la ciencia en el siglo XXI es tener una mente medieval e inquisitorial.
  Según cuentan los medios de comunicación los presentes en el Senado se mostraron encantados con los logros de la extrema derecha en Hungría, Argentina y Estado Unidos.
  Es un auténtico despropósito. Ya lo es que millones de personas hayan votado a Milei o a Trump y tan malo o peor es querer trasladar a nuestras democracias sus políticas. Una auténtica locura. Apoyar posturas ideológicas de extrema derecha por desencanto con la democracia es una aberración desde la razón y los intereses de la mayoría de los ciudadanos. Ya hemos visto lo que dan de sí estos populismos fascistas. Quienes los apoyan se creen que todo va a ser pan y circo, cuando se den cuenta de la realidad habrán perdido muchos derechos que creían consolidados y las condiciones de vida habrán empeorado. Costará mucho tiempo volver a recuperar lo que cercenarán.
  Sí, he dicho fascistas. No se equivoquen, el fascismo no se presenta hoy en sociedad con camisa negra o azul, viste traje y corbata, son señoros especialistas consumados en mentir. En su desfachatez afirman rotundamente que no son políticos, que todo lo hacen para salvar al pueblo.
  Esto me recuerda al militar retirado Francisco José Gan Pampols, nombrado por el presidente valenciano Mazón, como responsable de la reconstrucción de las zonas afectadas por la DANA. Gan Pampols tiene una exitosa carrera como militar, pero el cargo para el que ha sido nombrado es político y se rige por unas reglas muy claras en una democracia. Veremos como acepta esas normas. Reclamó que le vean como a un soldado, pues no, ya no lo es, ahora es un político, le guste o no. Ni corto ni perezoso dijo «esto no tiene que ver con la política, tiene que ver con un trabajo técnico que necesita un consenso de base y que no está marcado por ningún sesgo político».
  ¿De verdad hay que explicarle como funciona un gobierno democrático? La democracia es política, el gobierno de una comunidad es política, las decisiones que va a tomar serán políticas y tendrá que dar cuenta de ellas, sí o sí, en el parlamento valenciano.
  El extenientegeneral Gan afirmó que tomó la decisión de dar el paso adelante por responsabilidad y que no podía negarse en esta situación. Francisco José Gan Pampols cobraba como jubilado del ejército 44000 euros anuales, cifra nada desdeñable, pues bien, el presidente Mazón decidió destopar el salario de sus consejeros para que este militar jubilado pueda cobrar lo mismo que cobraba en activo, más de 92000 euros al año.
  Sin comentarios. Bueno, uno sí. No sabía que un alto mando del ejército español cobrase más que el Presidente del Gobierno. De estos salarios la extrema derecha ni dice ni mú.
  A los pocos días del nombramiento de ese exmilitar el periódico El Mundo publicó un artículo, el 27 de noviembre, titulado «Para levantar España, pon un general en cada Comunidad» firmado por Marina Pina. En él hacen declaraciones varios militares retirados que parecen echar de menos la época en que en este país se hacía lo que mandaba un dictador golpista y sangriento. Ese titular es muy clarificador. Por esta vía, la del artículo y triquiñuelas similares, aparentemente inocente, la extrema derecha va colocando sus consignas que ante la repetición machacona llegan a ser aceptadas como verdades absolutas por un amplio número de ciudadanos. Llevan construyendo su relato desde hace años, se nota, que incluso cala entre aquellos que se dicen progresistas o de izquierdas. La verdad y los datos tienen escaso eco en la sociedad, es más fácil digerir una mentira. No es cierto el dicho aquel de «la mentira tiene las patas cortas», eso podría ser más o menos cierto cuando no existían las redes sociales, en la actualidad las mentiras y los bulos campan a sus anchas en el mundo.
  ¿Cómo es que ese encuentro fascista se celebrase en el Senado español? Muy sencillo, por obra y gracias del PP. Tienen mayoría absoluta y la utilizan de rodillo, ellos que se dicen tan dialogantes. Es cierto que hubo una votación que fue aprobada por unanimidad, pero lo fue por el despiste inexplicable de los otros partidos que no se enteraron del pelaje de esa organización. Los intentos posteriores de prohibirlo cayeron en saco roto, el PP apeló a la libertad de expresión para permitirlo. No debe extrañar, muchos de los dirigentes de la extrema derecha española salieron del PP o de su esfera. Siempre se mostraron muy orgullosos de que a su derecha no existía ninguna opción, claro, la tenían dentro. En la actualidad el Partido Popular intenta hacerlos volver a su redil, va a ser que no. Dejaron crecer ese monstruo y tienen que pagarlo, ya lo hacen perdiendo votos y siendo irrelevantes en la Unión Europea.
  La extrema derecha está aquí, no se van a ir. Los demócratas tenemos que hacerles frente con las herramientas de la democracia, pero sin complejos ni dudas.
  El fascismo está en la calle y en las instituciones democráticas, no dejemos que avance.
  No son buenos tiempos para los librepensadores progresistas.

 

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