10 oct 2014

Planificación rigurosa en el Cristo o carísima chapuza

Fuente: La Nueva España (25/09/2014)


El nuevo Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) no es ninguna novedad. Hace no sé cuantos años que se inició y desde ese momento los gestores de lo público sabían que mucho terreno quedaría vacío.

Pues bien, en todo este tiempo no se han planteado a qué dedicar nada menos que 23,5 hectáreas.

Las elecciones están a la vuelta de la esquina, todo hace pensar que las sorpresas pueden ser muchas, y los partidos políticos inician la subasta. Ya saben: y un huevo duro…que sean dos huevos duros.

El gobierno de Asturias ofrece tres propuestas “genéricas” para “estimular el debate”. Y lo hace ahora.

En estos momentos van a primar las propuestas electoralistas antes que cualquieras otras. No se pudo elegir peor coyuntura. A no ser, claro, que se quiera dar al tema un aire populista. Si es así, peor me lo ponen.

Ya salió el alcalde de Oviedo, Agustín Iglesias Caunedo, exigiendo “un plan ambicioso”.

Lo dicho, que sean dos huevos duros.

A mí, como asturiano y vecino también de la zona, me asustan.

Todos tenemos nuestra receta mágica. Asociaciones de vecinos, del Cristo, Montecerrao o de la otra punta de la ciudad, así como hosteleros, representantes de los partidos, todos quieren aportar algo. Y si puede ser, barrer para sus intereses. Cosa legítima.

Yo no tengo ninguna solución, qué más quisiera, pero sí dudas.

Me sorprende que se empiecen a realizar propuestas al tuntún. Yo, con toda mi ignorancia e ingenuidad se me ocurre que antes que efectuar proposiciones ¿no sería mejor estudiar las necesidades reales? Y digo reales, no las ocurrencias.

Pues parece que no. De eso no hay nada.

Por cierto, fruto de tanto ingenio ahora tenemos dos facultades de medicina.

Tras ese estudio de las necesidades, reitero que desde el más absoluto desconocimiento, ¿no sería adecuado saber los costes de las propuestas? Eso sí, los precios reales, nada de añadir luego sobrecostes. Ah, y también incluyendo las responsabilidades de los diseñadores y los constructores de forma clara.

Tras estos datos, creo que los ciudadanos deberíamos saber los costes de mantenimiento de las nuevas infraestructuras. Eso pienso yo, pero no sé si estaré equivocado.

Estamos acostumbrados a que nos hagan obras faraónicas que cuestan un dineral mantenerlas. Luego protestamos por las subidas de impuestos. Da igual. Lo importante es tener el AVE a la puerta de casa.

Leyendo y escuchando opiniones al respecto me sorprende que se hable incluso de la utilización de algunos de los edificios para usos varios. ¿Se refieren a esos que no eran aptos y por eso se construyó un nuevo hospital? Si es así, me parece que alguien nos tomó el pelo.

Ya puestos, sí que me parece bien que la plaza de toros se utilice para cualquier cosa menos para matar animales. Mejor ahí los conciertos que al lado del Tartiere.

Me gustaría que al menos esas condiciones se cumpliesen. Luego, los vecinos tendremos criterios serios y rigurosos para tomar una decisión, pero eso sí, no hay prisa. Si no la hubo hasta ahora, y miren que han tenido años, no vengan apresurando e improvisando.

Ah, por favor, que nadie se olvide de los técnicos, de los urbanistas. Esos sí que saben de verdad.

Me gustaría terminar con unos ejemplos.

La ciudad de New York tiene Central Park, con una superficie de 341 hectáreas. El Retiro, de Madrid, 125 hectáreas. Hyde Park, en Londres, 140 hectáreas. El Parque Metropolitano de Santiago, Chile, cuenta con 737 hectáreas. El Phoenix Park, en Dublín, tiene 712 hectáreas.

Si hablamos de una ciudad para vivirla y disfrutarla ¿qué tal estos ejemplos? Si queremos más “Calatravas”, pues nada, ya los pagaremos.


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