Me gusta Harry Potter. Me
entretiene, me presta – en el sentido asturiano -. Las películas también,
aunque me quedo con los libros. Tenía claro que si se publicaba otra aventura
de Potter y sus amigos me lo compraría. Y llegó la obra de teatro. Me la
compré. Ya saben, Harry Potter y el
legado maldito. Pues bueno.
El libro que nos vendieron, y yo
compré, es el texto completo de la obra de teatro, “basada en un historia de
J.K. Rowling”. No hay engaño. Está muy claro y visible. La dramatización fue de
Jack Thorne y la dirección teatral de John Tiffany. No hay dudas.
Los medios de comunicación nos
bombardearon. Y no hablo de revistas y espacios especializados, nos lo metieron
hasta en los telediarios.
Se trata del guión de la obra de
teatro, tampoco es que pase nada por ello. Queda claro, tras haberlo leído, que
los efectos especiales deben de tener un papel muy importante, al menos así me
lo imaginé yo.
Rebuscando en san Google nos
cuentan que la obra teatral es un rotundo éxito. El delirio sirvió para vender
miles de entradas en unas horas. El libro otro tanto. En España fue el libro
más vendido en 2016.
Lo tenía aparcado desde su
publicación. Me puse con él. Se lee rápido, muy rápido. Y… pues eso, que se lee
rápido. No puedo decir que me gustase, tampoco lo contrario. Ni frío ni calor,
sino todo lo contrario.
Quien no haya leído ningún libro
de Harry Potter dudo que le pueda gustar. Aparecen personajes que sin el previo
conocimiento no aportan nada. La historia, por sí misma, está manca.
Esta claro que es un montaje para
los harrypotterdianos. Un gran
negocio pero con poca sustancia.
Lo dicho, me presta Harry Potter,
no me prestó Harry Potter y el legado maldito. Ya saben, no me hagan caso.
Léanlo.
Disponible en bibliotecas
públicas y librerías.
Menos magia en Harry Potter y el legado maldito by Santiago Pérez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.
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