1 feb 2017

¿A un paso del referéndum en Cataluña?

Las declaraciones cada día son más rotundas. Las posiciones parecen inamovibles - ¿será cierto? -. Quieren acortar los plazos. ¿Acuerdo o ruptura? Ni idea.

En el “problema catalán”, como lo denominan muchos, hay demasiadas incógnitas, muchos intereses personales, infinitas mentiras y silencios cómplices.

¿Qué han hecho en todo este tiempo los partidos políticos? Nada. ¿Se ha generado un debate serio y riguroso? Ninguno. ¿La Unión Europea se ha manifestado de forma nítida? Faltaría más, no. ¿Los empresarios catalanes? Calladinos. ¿Los banqueros? Gestando la siguiente crisis. Y los más importantes: ¿los ciudadanos catalanes? Pues…

El 9 de noviembre de 2014 se celebró algo parecido a una consulta o referéndum – llámenlo como les parezca más oportuno – atípico. Pónganse como quieran pero no cumplió con las normas establecidas en cualquier democracia similar a la nuestra. No se pareció en nada a lo ocurrido en Escocia o en Quebec.

Podrán argumentar que en el caso catalán no quiso el gobierno central, etc. No se puede negar, fue así. Pero también es claro que según la legislación española ellos no podían realizar esa consulta.

Empate.

El resultado de ese 9 N fue que el 80,76 % de los votantes, 2.305.290, lo hicieron a favor de la independencia de Cataluña. Para no liarme. De 2.305.290 votos emitidos, 1.861.752 fueron a favor.
Sirva de comparativa que en el último referéndum que se hizo en Cataluña, el del Estatut en junio de 2006, participaron 2.594.167 ciudadanos de los 5.310.103 con derecho a voto, el 48,85 % de los electores.

¿Son cifras suficientes? Según lo que habían dicho los partidarios de la independencia no. Hablaron, antes del 9 N, de una cifra de apoyos superior al 51 %. Luego mintieron.

¿El Gobierno español qué dice? Que no lo va a permitir.

¿El PSOE? Dependen a quien se pregunte. Primero hablan de un cambio constitucional, luego de federalismo y más tarde… hablan gentes del PSC y entonces nos quedamos como al principio: sin respuesta. Eso sí, no se olvidarán del pacto de Granada.

¿Ciudadanos dice algo nuevo? Nada nuevo. Aquello de lo indisoluble de España, que también dice Rajoy.

¿Y Podemos? Pues que son partidarios del referéndum aunque ellos desean que no se desvincule del resto de España. ¿Permitirán otros referéndums? Sin duda.

¿Se podía haber evitado? Eso ya es historia ficción. ¿Hicieron todo lo que debían? Ni mucho menos. Me remito a la situación en la que estamos.

¿Tenía que haber impugnado el PP la modificación del Estatuto de Cataluña? No, o al menos de no de esa forma tan agresiva. ¿Tenía Rajoy, el PP, que haber llegado a un acuerdo económico con los catalanes similar al Concierto Vasco? Al menos tendrían que haberlo hablado.

Y ahora ¿cuál es la situación? Jodida. Enfrentados. ¿Cómo va a acabar? Desde luego mal. El enfrentamiento está servido.

Los partidos independentistas catalanes, que tienen plaza y mando en la Generalitat, dicen que no acatan la legislación española, que no aceptan los fallos judiciales del Tribunal Constitucional y que menos caso le hacen al fiscal general.

El Gobierno de España afirma que están obligados a respetar las leyes del Estado, que están sometidos a las sentencias judiciales y que el fiscal general les puede empapelar.

Empate.

¿Hay alguna solución que se esté pactando y que no sepamos? Me imagino que sí. Espero que sí y que además sea buena. ¡Seré iluso!

Mientras todo eso sucede en el ámbito de los partidos y de los muy cercanos, los ciudadanos catalanes están tan jodidos como el resto de los españoles.

Últimas preguntas: ¿De verdad se creen los ciudadanos catalanes que al día siguiente de esa independencia todo va ser de color de rosa? ¿De verdad se creen los ciudadanos catalanes que los de Junts pel Sí, la CUP y Esquerra no se van a liar a hostia limpia?

La respuesta que me darían sería que eso no toca ahora. Primero la independencia, luego ya arreglaremos nuestros problemas por nosotros mismos. Algo así, me dirían. Y yo les respondería: pues con vuestro pan os lo comáis. Eso sí, dexanos el nuesu caritu.

¿Y aquel que fue y ya no es molt honorable, qué dice? Silencio.

Preguntas todas, respuestas no me dan ninguna.

Seguiremos pendientes de Trump. No perderemos de vista el cielo para ver si llueve y baja la electricidad. Comprobaremos el precio del Brent. Vamos camino de la primavera y nos empieza a preocupar la barriga y dónde iremos de vacaciones. Sube el número de empleos de mierda y el Real Madrid muy bien y el Barça un poco peor.

Todo bien.

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