No soy de los que destripan el
último libro que han leído. Doy mi opinión. Escribo sobre las sensaciones que
me provoca. Leído unos días más tarde diría otras cosas. Pues bueno. No me
importa.
Hoy voy a romper con mi costumbre:
voy a contarles de que va Que nadie
duerma de Juan José Millás.
Lucía, mujer pájaro y falsa
delgada, deambula por Madrid-Pekín en su taxi. Antes era programadora
informática pero un cabrón de empresario se cargó la empresa y dejó a los
trabajadores en la calle. Tuvo una madre y un pájaro muy especiales. No le
gusta la ópera. En el taxi escucha a todas las horas Turandot de Puccini. Espera,
día tras día, por un pasajero. Para él se acicala. Llegará el momento en que se
suba al taxi y su vida cambiará. Mientras aguarda los clientes pasan y van
dejando su huella. Sin darse cuenta todo se va complicando, como en una ópera.
Vida y deseo son uno para Lucía. Se cumple su anhelo y, como en una ópera,
brota el drama. Traición, dolor, muerte. Igual que en una ópera, igual que en
la vida.
Ya está, de eso trata Que nadie duerma. ¿No se han enterado de
nada? Hay más, desde luego, pero para averiguarlo tendrán que leerlo.
La publicidad habla de una novela
de amor y terror. Olvídense de eso del terror. No lo hay. La novela va in
crescendo, como en una ópera, y la solución final que nos ofrece Millás parece
ajustada a la historia. No me resultó ni estrambótica ni terrorífica.
Nuestra mente nos lleva por
caminos desconocidos. Vaga en libertad y es incontrolable. Muchas veces nos
asustamos de nuestros propios pensamientos. ¿Somos lo que pensamos o lo que
parecemos? Millás mezcla y agita realidad e imaginación – ¿tal vez deseos? -.
Mejor que nadie duerma pues nuestros monstruos interiores pueden salir de la
oscuridad y hacerse muy reales.
Déjense llevar por la curiosidad.
Acérquense a su biblioteca pública o librería preferida y léanlo. No se
dormirán.
Millás nos dice Que nadie duerma by Santiago Pérez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.
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