Pablo Iglesias y Enric Juliana
conversaron más de sesenta horas, entre febrero y septiembre de 2018, y de ahí
surgió el libro Nudo España. No se
trata de una extensa entrevista. Ambos dan repaso a una serie de temas de la
actualidad política y cada uno manifiesta su opinión.
Me interesa, especialmente, lo
que piensa Pablo Iglesias ya que aspira a ser nuestro presidente de Gobierno.
Enric Juliana tiene argumentos interesantes pero no es candidato a nada.
El título es significativo: Nudo España. Me transmite la idea de
problema, de algo difícil y complicado. Tras leerlo el nudo persiste. No hay un
Alejandro Magno que lo deshaga.
Me resultó interesante e
ilustrativo. Reconozco que muchas opiniones de Pablo Iglesias me desconcertaron
y que estoy en contra de muchas otras. Recogeré algunas de ellas, los líderes
políticos ya tienen bastantes palmeros a su alrededor.
Es de sobra conocido, ya lo afirmó
públicamente, que el triunfo de la moción de censura de Pedro Sánchez no fue
gracias a los miembros de su partido. No es que yo esté de acuerdo o no, es que
desde el principio Iglesias va marcando territorio. En ese inicio deja bien
clara su opinión sobre Ciudadanos: “pero no sé cómo podría explicar el PSOE a
sus votantes un acuerdo de Gobierno con la extrema derecha de Rivera”.
Todavía no había llegado VOX a la
Junta de Andalucía ¿dónde los ubica Iglesias? Exagera, los demás también, lo
que hace que los términos acaben perdiendo su significado. El resultado es que
el PP se coloca en el centro y colocan a VOX en la derecha. ¡Vaya!
Les recuerdo que las reuniones
entre Iglesias y Juliana finalizaron en septiembre de 2018. Tiene su
importancia por lo que dice Pablo Iglesias: “Es verdad que de momento España
parece vacunada frente a ciertos experimentos racistas y xenófobos, pero no hay
que olvidar que Albert Rivera y Pablo Casado ponen el dedo en la llaga del
asunto migratorio cada vez que tienen ocasión”.
No vio venir a la extrema
derecha, Juliana tampoco. Nadie los vio llegar o tal vez estaban tan
obsesionados unos con otros que les pasó desapercibido. En más de una ocasión
se refieren a que España está libre de xenofobia, racismo e intransigencia
cuando ya picaban a las puertas. Pues nada, ya están aquí y el PP cada día más
cerca de ellos.
Otra de las afirmaciones rotundas
de Iglesias que no se las cree ni él: “Y, a pesar de ese enroque, en España
gobierna el PSOE gracias a una moción de censura votada por el PDeCAT y por ERC
sin pedir absolutamente nada a cambio”.
¿De verdad quiere que nos creamos
esto? Pues va a ser que no.
Cataluña sale a relucir cada dos
por tres. ¿Tendrá que ver el título del libro con la situación en Cataluña?
Pues… Antónimos de nudo son desenlace, desenredo, resolución, solución. Pues
igual.
Todas esas horas de charlas
dieron para mucho. Con posterioridad fueron redactadas y corregidas, no podía
ser de otra forma. Es importante tenerlo en cuenta para que quede claro que el
libro no es fruto de la inmediatez.
En el epígrafe titulado Europa,
Iglesias afirma “que la crisis de la globalización ha demostrado que los viejos
Estados nacionales siguen siendo los únicos depositarios de poder político con
un cierto condicionamiento democrático”.
La globalización es económica no
política. Se empeñan en asignar ese término a la política de manera irreal. Lo
que es global es el consumismo. Las empresas sí que son globales. La economía
es la única global y de ahí el incremento del poder de las multinacionales y
que sean ellas quienes dicten la política económica y la que no lo es. El
internacionalismo político hace muchos años que se abandonó por parte de los
partidos de izquierda y los sindicatos que se denominan de clase.
Por favor, no estoy desdeñando
las opiniones de Enric Juliana. Repito que me parecen interesantes y me remito
a lo que dije más arriba. Lean el libro y lo comprobarán.
Sigo con opiniones de Iglesias,
esta vez sobre la OTAN: “Sin embargo, subordinar toda la política militar
europea a la Alianza Atlántica me parece demencial”.
Vale, pero eso lleva implícito
que Europa, la Unión Europea, adquiera más relevancia, tenga más cohesión con
el objetivo de tener una sola voz política y por ello militar. Además, eso
supondría un incremento de los gastos militares notable por parte de los países
europeos ¿está dispuesto Pablo Iglesias a incrementar el presupuesto militar
español? No nos engañemos eso es así. Donald Trump pidió que los europeos
incrementasen su gasto defensivo en la OTAN y amenazó con irse. La respuesta
europea ya la vimos: incremento de gasto. Sale más barato eso y además no se
enfrentan a Donald. Visto lo visto con los nacionalistas europeos y sus ganas
de cargarse la Unión me parece a mí que no es buen momento para plantear esos
temas.
Iglesias deja clara su formación
marxista y no rechaza el que se les denomine comunistas y tampoco reniega del leninismo
cuando Juliana le dice: “los leninistas lo solucionáis todo en un santiamén:
tomamos el poder y problema resuelto”. Y sin embargo cree que: “Nuestros
avances en derechos civiles demuestran que España tiene un potencial liberal y
libertario sensacional”.
Ahí me pierdo un poco. Lo de
libertario está claro. Me imagino que sus referencias serán las del comunismo
libertario. Los españoles siempre hemos tenido una vena ácrata bastante
relevante. Me desconcierta lo de liberal. Es cierto que el término liberal
puede interpretarse de varias maneras. Una, la que entendemos la mayoría en
principio, y que son aquellos que quieren la libertad económica total, un
Estado reducido al mínimo, etc. y dos, la que entienden algunos socialistas.
Lo de los socialistas, de
algunos, y el liberalismo no es cosa de ahora. Hay otra corriente socialista
mucho más izquierdista que no marxista. A lo que iba. Ya Indalecio Prieto,
asturiano de nacimiento, apelaba al liberalismo que entendía como una cuestión
ética que identificaba con el progreso social y el desarrollo de las
libertades. Tenía como referente a los legisladores de Cádiz de 1812. Hoy otros
se remiten también a ellos. Podemos recordar a Felipe González y sus seguidores
que eran “socialistas a fuer de liberales”. Con posterioridad Zapatero, que se
inventó aquello de Nueva Vía a imagen y semejanza de la Tercera Vía de Tony
Blair, se incluyó en esa corriente y Pedro Sánchez y compañía en ella andan.
Pablo Iglesias parece decir eso
de “potencial liberal” con agrado, ¿tiene también raíces liberales?
A lo largo de Nudo España se ven sus querencias. Deja peor
parado a Rajoy que a Aznar; tiene aprecio y reconocimiento por la labor de
Zapatero y denosta a Felipe González. A Juan Carlos de Borbón lo pone a parir,
a Felipe VI lo respeta en lo personal y cree que es un buen tipo. Con alguno de
los suyos…
Las pullitas las dirige
especialmente a Íñigo Errejón. Se ve que no olvida. “El errejonismo consiste en
eso. No se trata de cambiar la sociedad, sino de ofrecerle lo que más se le
parezca”. No será la única. Veamos otra, y esta es una estocada: “La
fascinación de Íñigo Errejón por el peronismo se parece a la que le produce el
fascismo –naturalmente, salvando las enormes distancias-, porque este tampoco
tiene únicamente una lectura en clave de izquierda-derecha”.
No puede ser, aquí va una opinión
de Enric Juliana con la que estoy totalmente de acuerdo: “En los últimos veinte
años se ha consolidado un relato muy edulcorado de la Transición, demasiado al
servicio del poder. No creo que existiera nada parecido a un “pacto de la
Transición” entendido como un pacto negociado y cerrado poco antes de las
primeras elecciones democráticas de 1977. Más bien asistimos a una sucesión
bastante traumática de acuerdos y enfrentamientos. Algunos han convertido esta
sucesión de pactos y tensiones en un relato digno del mejor realismo mágico”.
Por esta misma razón, entre otras cosas, somos muchos
los que no entendemos el desaire, ahora ya algo atenuado, que ha manifestado
Iglesias y Podemos hacia la Transición. Se nota que no la vivieron. Había unas
ganas enormes de dejar atrás la dictadura, la muerte, el miedo, aunque fuese a
cambio tirar para adelante exigiendo muy poco o casi nada. Pero eso no supuso
ni olvidar ni perdonar ni mucho menos creernos ese cuento que nos están intentando colar. Comenten un grandísimo error en despreciar la
Transición. Es
más, ofenden a muchos ciudadanos.
Es cierto que en Nudo España no es tan taxativo, aunque
mantiene, Pablo Iglesias, una opinión que no solo es crítica sino… vean: “Esta
es la crítica no revanchista que se puede hacer al papel de la izquierda en la
Transición. O, mejor dicho, al papel de la izquierda española, pues contrasta
con el de las izquierdas vasca y catalana. La izquierda española no supo
entender, ni nosotros tampoco, lo que significa la sociedad civil y cómo se
articula. En este sentido, se desaprovechan ciertas oportunidades que genera la
propia democracia de hacer política en un marco de libertades; no solo de
derechos políticos sino de derechos civiles y derechos sociales”. Un poco más
adelante dice: “Es verdad que la izquierda abertzale está manchada por la
dinámica terrorista de ETA, pero no es menos cierto que, a pesar de estar
básicamente fuera de los consensos de la Transición y de mantener una posición
de abierta beligerancia, aprovecha las libertades para construir la sociedad
civil: su propio sindicato, su propio periódico, su propia red de escuelas –que
no se sabe muy bien si son públicas o no-,etc.”.
¿Izquierda española vesus izquierda vasca y catalana?
¿Posición de “abierta beligerancia” de ETA? Uf. ¿De verdad aspira a ser
presidente? Me parece que lo va a tener muy, muy difícil.
“Necesitamos espacios políticos
que penetren en la sociedad civil, y el partido no puede ser solo un
instrumento parlamentario. Por eso nació Vamos, una iniciativa encabezada por
Rafa Mayoral, seguramente la iniciativa más peronista de Podemos”.
¿Qué les pasa a los de Podemos
con el peronismo? ¿Será influencia de Ernesto Laclau?
Se queja Iglesias del “café para
todos” en la cuestión territorial española. Entiendo que entonces es partidario
de las prebendas para vascos y catalanes. Pues vale. Yo soy asturiano ¿qué tienen
que tener ellos que yo no pueda tener? Ah, por favor, no me apelen a la
Historia.
Otra de las referencias
permanentes de Pablo Iglesias es la monarquía. ¿Tanto
poder le concede a esa decimonónica institución? Veamos un ejemplo: “La
monarquía ha tomado una serie de decisiones que todavía no se han analizado del
todo bien -[¡¿A qué se refiere?!]-.Esto es clave al hablar de la Transición. En
España existe una pirámide de población invertida que hace que las generaciones
que vivieron la Transición sigan siendo electoralmente determinantes.
Seguramente, el mal resultado que obtuvimos en las elecciones de junio de 2016
–mucho peor del que preveían muchas encuestas- tuvo que ver con una
movilización de votantes mayores que recurrieron asustados al Partido Popular
para que llegásemos nosotros al poder”.
Joder, este argumento de que los
mayores de cincuenta son responsables de que sus expectativas electorales no se
cumplan lo repite varias veces, y lo manifiesta cada dos por tres en medios de
comunicación, ya huele. ¿No tendrán ellos alguna responsabilidad?
Tampoco comprenden que su
“firmeza” molesta: “Por una parte, a diferencia del PCE, nosotros no
renunciamos a nada, no transamos. No es que sea producto de nuestra actitud,
sino de unas circunstancias históricas que nos lo han permitido. No transamos,
ni siquiera en los simbólico”.
Vale, no renuncian a nada puesto que las circunstancias se lo permiten ¿no entienden que esas circunstancias favorables no se dieron en la Transición?
“El PCE fue muy generoso. Aceptó
cosas difíciles de tragar para su cultura política con el único fin de ser un
partido del sistema”.
Haciendo amigos. Está visto que
según Iglesias la verdad está de su lado.
Según avanzo me queda todo más
claro: “El ADN de Podemos está vinculado a tradiciones políticas que desde el
siglo XIX sirven para entender España”, dice Iglesias. Pues sí, me queda todo
más… pues no sé… tal vez…
Esto se está alargando demasiado.
En relación con lo sucedido en
2016 al no apoyar a Pedro Sánchez, Pablo Iglesias no reconoce demasiados
errores y refiriéndose a aquella rueda de prensa exigiendo ministerios
manifiesta que “aquella rueda de prensa fue un éxito ese día y el siguiente”.
¡Éxito pírrico!
No me resisto a no recoger lo
siguiente, aunque ya me referí a ello previamente – Iglesias repite el
argumento de otra manera- : “La generación que sigue dominado el sentido del
voto en España – la de los mayores de cuarenta y cinco años – presenta una
serie de características relevantes. Es una generación que no considera que la
geografía izquierda-derecha sea determinante, incluso para su propia historia
moral. Es decir, que el hecho de ser de izquierdas o de derechas no tiene que
ver con una moral personal y familiar. Es una generación plenamente consciente
de las dificultades, muy hacendosa, sacrificada y temerosa. Y, aunque no sea
monárquica, tiene mucho respeto por la monarquía porque conoce el papel que
pudo desempeñar la Corona para disuadir golpes de Estado. En suma, a pesar de
los desencantos y de los fracasos, se trata de una generación muy agradecida
con los valiosos cambios que se produjeron en España porque pasó su infancia y
juventud bajo una dictadura”.
Voy a respirar profundamente. Sus
conocimientos teóricos no le acercan a la realidad. Tú afirmación me molesta y
ofende personalmente. Me callo, vale más.
Su maximalismo, o habrá que decir
leninismo, le lleva a emitir juicios contra sus correligionarios que
trascienden las pullas -otra vez a la carga-: “En estos momentos hay un debate dentro de Podemos. Por
una parte está la posición peronista de Rafa Mayoral, que ha quedado
prácticamente como el último mohicano del peronismo dentro del partido, y que
sostiene que todos son unos sinvergüenzas y que es fundamental que no se nos
vea pastelear. Y, por otra parte, Íñigo Errejón, que ha evolucionado más hacia
una interpretación de la política como un mercado –lo defines bien asemejándolo
al Movimiento 5 Estrellas- donde el político tiene que parecerse a lo que está
pidiendo la sociedad. Eso renuncia a la capacidad de transformación social, y
nosotros necesitamos transformar al tiempo que avanzamos, no podemos
conformarnos con el sentido común existente”.
Sacará a relucir a Errejón más
veces. Está pasando facturas y predisponiendo a las bases de su partido. Un
movimiento de lo más clásico.
Sí que se os critica el tono de
soberbia: “En todo caso se nos podría criticar ese tono de soberbia de tener
siempre la respuesta precisa, pero demostramos tener más preparación
intelectual que buena parte de la clase política existente”. He aquí la
demostración.
Cataluña, su postura sobre el procés, va a darles más sorpresas en las
urnas. Carles Puigdemont, según Iglesias, “es ya una figura histórica y un
símbolo para muchos ciudadanos catalanes…” Se lo regalo.
En esto del nacionalismo igual
siguen los criterios de Lenin en El
derecho de las naciones a la autodeterminación, por ejemplo cuando dijo
aquello de que “en todo nacionalismo burgués de una nación oprimida hay un
contenido democrático general contra la opresión, y a este contenido le
prestamos un apoyo incondicional, apartando rigurosamente la tendencia al
exclusivismo nacional”.
¿No recuerda esto a lo que
afirman los nacionalistas catalanes? Hablan de opresión y falta de democracia.
Eso sí lo de “la tendencia al exclusivismo nacional” lo olvidan.
Tal vez apoyen aquella otra
afirmación de Lenin que hablaba de “completa igualdad de derechos de las
naciones; derecho de autodeterminación de las naciones…” Claro que sí, faltaría más. Hay un pequeño
problema, la cita continúa…”fusión de los obreros de todas las naciones; tal es
el programa nacional que enseña a los obreros el marxismo, que enseña la
experiencia del mundo entero y la experiencia de Rusia”. Uy, esto me parece que
ya no.
Todo lo anterior, y mucho más, no
significa que no esté de acuerdo con otras cosas que dice Pablo Iglesias.
Llevan poco tiempo en la arena política y han entrado en contradicciones,
enfrentamientos y actitudes personalistas. ¿Qué esperaban? No están por encima
del bien y del mal. Creo que les queda mucho por ajustar. Más autocrítica, menos echar balones fuera y más patear los bares de los barrios para escuchar lo que se dice en la calle, no en los cenáculos universitarios. Ah, por favor, no desprecien a los ciudadanos y su voto.
Para tener opinión no les quedará
otro remedio que leer el libro, que es mucho más que esto. Léanlo desde la crítica y la razón, la suya, no
desde el estómago.
Lo podrán encontrar en su
biblioteca pública o librería preferida.
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