14 ene 2019

No hay un Alejandro Magno en Nudo España


Pablo Iglesias y Enric Juliana conversaron más de sesenta horas, entre febrero y septiembre de 2018, y de ahí surgió el libro Nudo España. No se trata de una extensa entrevista. Ambos dan repaso a una serie de temas de la actualidad política y cada uno manifiesta su opinión.

Me interesa, especialmente, lo que piensa Pablo Iglesias ya que aspira a ser nuestro presidente de Gobierno. Enric Juliana tiene argumentos interesantes pero no es candidato a nada.

El título es significativo: Nudo España. Me transmite la idea de problema, de algo difícil y complicado. Tras leerlo el nudo persiste. No hay un Alejandro Magno que lo deshaga.

Me resultó interesante e ilustrativo. Reconozco que muchas opiniones de Pablo Iglesias me desconcertaron y que estoy en contra de muchas otras. Recogeré algunas de ellas, los líderes políticos ya tienen bastantes palmeros a su alrededor.

Es de sobra conocido, ya lo afirmó públicamente, que el triunfo de la moción de censura de Pedro Sánchez no fue gracias a los miembros de su partido. No es que yo esté de acuerdo o no, es que desde el principio Iglesias va marcando territorio. En ese inicio deja bien clara su opinión sobre Ciudadanos: “pero no sé cómo podría explicar el PSOE a sus votantes un acuerdo de Gobierno con la extrema derecha de Rivera”.

Todavía no había llegado VOX a la Junta de Andalucía ¿dónde los ubica Iglesias? Exagera, los demás también, lo que hace que los términos acaben perdiendo su significado. El resultado es que el PP se coloca en el centro y colocan a VOX en la derecha. ¡Vaya!

Les recuerdo que las reuniones entre Iglesias y Juliana finalizaron en septiembre de 2018. Tiene su importancia por lo que dice Pablo Iglesias: “Es verdad que de momento España parece vacunada frente a ciertos experimentos racistas y xenófobos, pero no hay que olvidar que Albert Rivera y Pablo Casado ponen el dedo en la llaga del asunto migratorio cada vez que tienen ocasión”.

No vio venir a la extrema derecha, Juliana tampoco. Nadie los vio llegar o tal vez estaban tan obsesionados unos con otros que les pasó desapercibido. En más de una ocasión se refieren a que España está libre de xenofobia, racismo e intransigencia cuando ya picaban a las puertas. Pues nada, ya están aquí y el PP cada día más cerca de ellos.

Otra de las afirmaciones rotundas de Iglesias que no se las cree ni él: “Y, a pesar de ese enroque, en España gobierna el PSOE gracias a una moción de censura votada por el PDeCAT y por ERC sin pedir absolutamente nada a cambio”.
¿De verdad quiere que nos creamos esto? Pues va a ser que no.

Cataluña sale a relucir cada dos por tres. ¿Tendrá que ver el título del libro con la situación en Cataluña? Pues… Antónimos de nudo son desenlace, desenredo, resolución, solución. Pues igual.

Todas esas horas de charlas dieron para mucho. Con posterioridad fueron redactadas y corregidas, no podía ser de otra forma. Es importante tenerlo en cuenta para que quede claro que el libro no es fruto de la inmediatez.

En el epígrafe titulado Europa, Iglesias afirma “que la crisis de la globalización ha demostrado que los viejos Estados nacionales siguen siendo los únicos depositarios de poder político con un cierto condicionamiento democrático”.
La globalización es económica no política. Se empeñan en asignar ese término a la política de manera irreal. Lo que es global es el consumismo. Las empresas sí que son globales. La economía es la única global y de ahí el incremento del poder de las multinacionales y que sean ellas quienes dicten la política económica y la que no lo es. El internacionalismo político hace muchos años que se abandonó por parte de los partidos de izquierda y los sindicatos que se denominan de clase.

Por favor, no estoy desdeñando las opiniones de Enric Juliana. Repito que me parecen interesantes y me remito a lo que dije más arriba. Lean el libro y lo comprobarán.

Sigo con opiniones de Iglesias, esta vez sobre la OTAN: “Sin embargo, subordinar toda la política militar europea a la Alianza Atlántica me parece demencial”.
Vale, pero eso lleva implícito que Europa, la Unión Europea, adquiera más relevancia, tenga más cohesión con el objetivo de tener una sola voz política y por ello militar. Además, eso supondría un incremento de los gastos militares notable por parte de los países europeos ¿está dispuesto Pablo Iglesias a incrementar el presupuesto militar español? No nos engañemos eso es así. Donald Trump pidió que los europeos incrementasen su gasto defensivo en la OTAN y amenazó con irse. La respuesta europea ya la vimos: incremento de gasto. Sale más barato eso y además no se enfrentan a Donald. Visto lo visto con los nacionalistas europeos y sus ganas de cargarse la Unión me parece a mí que no es buen momento para plantear esos temas.

Iglesias deja clara su formación marxista y no rechaza el que se les denomine comunistas y tampoco reniega del leninismo cuando Juliana le dice: “los leninistas lo solucionáis todo en un santiamén: tomamos el poder y problema resuelto”. Y sin embargo cree que: “Nuestros avances en derechos civiles demuestran que España tiene un potencial liberal y libertario sensacional”.
Ahí me pierdo un poco. Lo de libertario está claro. Me imagino que sus referencias serán las del comunismo libertario. Los españoles siempre hemos tenido una vena ácrata bastante relevante. Me desconcierta lo de liberal. Es cierto que el término liberal puede interpretarse de varias maneras. Una, la que entendemos la mayoría en principio, y que son aquellos que quieren la libertad económica total, un Estado reducido al mínimo, etc. y dos, la que entienden algunos socialistas.

Lo de los socialistas, de algunos, y el liberalismo no es cosa de ahora. Hay otra corriente socialista mucho más izquierdista que no marxista. A lo que iba. Ya Indalecio Prieto, asturiano de nacimiento, apelaba al liberalismo que entendía como una cuestión ética que identificaba con el progreso social y el desarrollo de las libertades. Tenía como referente a los legisladores de Cádiz de 1812. Hoy otros se remiten también a ellos. Podemos recordar a Felipe González y sus seguidores que eran “socialistas a fuer de liberales”. Con posterioridad Zapatero, que se inventó aquello de Nueva Vía a imagen y semejanza de la Tercera Vía de Tony Blair, se incluyó en esa corriente y Pedro Sánchez y compañía en ella andan.
Pablo Iglesias parece decir eso de “potencial liberal” con agrado, ¿tiene también raíces liberales?

A lo largo de Nudo España se ven sus querencias. Deja peor parado a Rajoy que a Aznar; tiene aprecio y reconocimiento por la labor de Zapatero y denosta a Felipe González. A Juan Carlos de Borbón lo pone a parir, a Felipe VI lo respeta en lo personal y cree que es un buen tipo. Con alguno de los suyos…

Las pullitas las dirige especialmente a Íñigo Errejón. Se ve que no olvida. “El errejonismo consiste en eso. No se trata de cambiar la sociedad, sino de ofrecerle lo que más se le parezca”. No será la única. Veamos otra, y esta es una estocada: “La fascinación de Íñigo Errejón por el peronismo se parece a la que le produce el fascismo –naturalmente, salvando las enormes distancias-, porque este tampoco tiene únicamente una lectura en clave de izquierda-derecha”.

No puede ser, aquí va una opinión de Enric Juliana con la que estoy totalmente de acuerdo: “En los últimos veinte años se ha consolidado un relato muy edulcorado de la Transición, demasiado al servicio del poder. No creo que existiera nada parecido a un “pacto de la Transición” entendido como un pacto negociado y cerrado poco antes de las primeras elecciones democráticas de 1977. Más bien asistimos a una sucesión bastante traumática de acuerdos y enfrentamientos. Algunos han convertido esta sucesión de pactos y tensiones en un relato digno del mejor realismo mágico”.

Por esta misma razón, entre otras cosas, somos muchos los que no entendemos el desaire, ahora ya algo atenuado, que ha manifestado Iglesias y Podemos hacia la Transición. Se nota que no la vivieron. Había unas ganas enormes de dejar atrás la dictadura, la muerte, el miedo, aunque fuese a cambio tirar para adelante exigiendo muy poco o casi nada. Pero eso no supuso ni olvidar ni perdonar ni mucho menos creernos ese cuento que nos están intentando colar. Comenten un grandísimo error en despreciar la Transición. Es más, ofenden a muchos ciudadanos.

Es cierto que en Nudo España no es tan taxativo, aunque mantiene, Pablo Iglesias, una opinión que no solo es crítica sino… vean: “Esta es la crítica no revanchista que se puede hacer al papel de la izquierda en la Transición. O, mejor dicho, al papel de la izquierda española, pues contrasta con el de las izquierdas vasca y catalana. La izquierda española no supo entender, ni nosotros tampoco, lo que significa la sociedad civil y cómo se articula. En este sentido, se desaprovechan ciertas oportunidades que genera la propia democracia de hacer política en un marco de libertades; no solo de derechos políticos sino de derechos civiles y derechos sociales”. Un poco más adelante dice: “Es verdad que la izquierda abertzale está manchada por la dinámica terrorista de ETA, pero no es menos cierto que, a pesar de estar básicamente fuera de los consensos de la Transición y de mantener una posición de abierta beligerancia, aprovecha las libertades para construir la sociedad civil: su propio sindicato, su propio periódico, su propia red de escuelas –que no se sabe muy bien si son públicas o no-,etc.”.

¿Izquierda española vesus izquierda vasca y catalana? ¿Posición de “abierta beligerancia” de ETA? Uf. ¿De verdad aspira a ser presidente? Me parece que lo va a tener muy, muy difícil.

“Necesitamos espacios políticos que penetren en la sociedad civil, y el partido no puede ser solo un instrumento parlamentario. Por eso nació Vamos, una iniciativa encabezada por Rafa Mayoral, seguramente la iniciativa más peronista de Podemos”.
¿Qué les pasa a los de Podemos con el peronismo? ¿Será influencia de Ernesto Laclau? 

Se queja Iglesias del “café para todos” en la cuestión territorial española. Entiendo que entonces es partidario de las prebendas para vascos y catalanes. Pues vale. Yo soy asturiano ¿qué tienen que tener ellos que yo no pueda tener? Ah, por favor, no me apelen a la Historia.

Otra de las referencias permanentes de Pablo Iglesias es la monarquía. ¿Tanto poder le concede a esa decimonónica institución? Veamos un ejemplo: “La monarquía ha tomado una serie de decisiones que todavía no se han analizado del todo bien -[¡¿A qué se refiere?!]-.Esto es clave al hablar de la Transición. En España existe una pirámide de población invertida que hace que las generaciones que vivieron la Transición sigan siendo electoralmente determinantes. Seguramente, el mal resultado que obtuvimos en las elecciones de junio de 2016 –mucho peor del que preveían muchas encuestas- tuvo que ver con una movilización de votantes mayores que recurrieron asustados al Partido Popular para que llegásemos nosotros al poder”.

Joder, este argumento de que los mayores de cincuenta son responsables de que sus expectativas electorales no se cumplan lo repite varias veces, y lo manifiesta cada dos por tres en medios de comunicación, ya huele. ¿No tendrán ellos alguna responsabilidad?

Tampoco comprenden que su “firmeza” molesta: “Por una parte, a diferencia del PCE, nosotros no renunciamos a nada, no transamos. No es que sea producto de nuestra actitud, sino de unas circunstancias históricas que nos lo han permitido. No transamos, ni siquiera en los simbólico”.
Vale, no renuncian a nada puesto que las circunstancias se lo permiten ¿no entienden que esas circunstancias favorables no se dieron en la Transición? 

“El PCE fue muy generoso. Aceptó cosas difíciles de tragar para su cultura política con el único fin de ser un partido del sistema”.
Haciendo amigos. Está visto que según Iglesias la verdad está de su lado.

Según avanzo me queda todo más claro: “El ADN de Podemos está vinculado a tradiciones políticas que desde el siglo XIX sirven para entender España”, dice Iglesias. Pues sí, me queda todo más… pues no sé… tal vez…

Esto se está alargando demasiado.

En relación con lo sucedido en 2016 al no apoyar a Pedro Sánchez, Pablo Iglesias no reconoce demasiados errores y refiriéndose a aquella rueda de prensa exigiendo ministerios manifiesta que “aquella rueda de prensa fue un éxito ese día y el siguiente”.
¡Éxito pírrico!

No me resisto a no recoger lo siguiente, aunque ya me referí a ello previamente – Iglesias repite el argumento de otra manera- : “La generación que sigue dominado el sentido del voto en España – la de los mayores de cuarenta y cinco años – presenta una serie de características relevantes. Es una generación que no considera que la geografía izquierda-derecha sea determinante, incluso para su propia historia moral. Es decir, que el hecho de ser de izquierdas o de derechas no tiene que ver con una moral personal y familiar. Es una generación plenamente consciente de las dificultades, muy hacendosa, sacrificada y temerosa. Y, aunque no sea monárquica, tiene mucho respeto por la monarquía porque conoce el papel que pudo desempeñar la Corona para disuadir golpes de Estado. En suma, a pesar de los desencantos y de los fracasos, se trata de una generación muy agradecida con los valiosos cambios que se produjeron en España porque pasó su infancia y juventud bajo una dictadura”.

Voy a respirar profundamente. Sus conocimientos teóricos no le acercan a la realidad. Tú afirmación me molesta y ofende personalmente. Me callo, vale más.

Su maximalismo, o habrá que decir leninismo, le lleva a emitir juicios contra sus correligionarios que trascienden las pullas -otra vez a la carga-: “En estos momentos hay un debate dentro de Podemos. Por una parte está la posición peronista de Rafa Mayoral, que ha quedado prácticamente como el último mohicano del peronismo dentro del partido, y que sostiene que todos son unos sinvergüenzas y que es fundamental que no se nos vea pastelear. Y, por otra parte, Íñigo Errejón, que ha evolucionado más hacia una interpretación de la política como un mercado –lo defines bien asemejándolo al Movimiento 5 Estrellas- donde el político tiene que parecerse a lo que está pidiendo la sociedad. Eso renuncia a la capacidad de transformación social, y nosotros necesitamos transformar al tiempo que avanzamos, no podemos conformarnos con el sentido común existente”.
Sacará a relucir a Errejón más veces. Está pasando facturas y predisponiendo a las bases de su partido. Un movimiento de lo más clásico.

Sí que se os critica el tono de soberbia: “En todo caso se nos podría criticar ese tono de soberbia de tener siempre la respuesta precisa, pero demostramos tener más preparación intelectual que buena parte de la clase política existente”. He aquí la demostración.

Cataluña, su postura sobre el procés, va a darles más sorpresas en las urnas. Carles Puigdemont, según Iglesias, “es ya una figura histórica y un símbolo para muchos ciudadanos catalanes…” Se lo regalo.

En esto del nacionalismo igual siguen los criterios de Lenin en El derecho de las naciones a la autodeterminación, por ejemplo cuando dijo aquello de que “en todo nacionalismo burgués de una nación oprimida hay un contenido democrático general contra la opresión, y a este contenido le prestamos un apoyo incondicional, apartando rigurosamente la tendencia al exclusivismo nacional”.
¿No recuerda esto a lo que afirman los nacionalistas catalanes? Hablan de opresión y falta de democracia. Eso sí lo de “la tendencia al exclusivismo nacional”  lo olvidan.
Tal vez apoyen aquella otra afirmación de Lenin que hablaba de “completa igualdad de derechos de las naciones; derecho de autodeterminación de las naciones…”  Claro que sí, faltaría más. Hay un pequeño problema, la cita continúa…”fusión de los obreros de todas las naciones; tal es el programa nacional que enseña a los obreros el marxismo, que enseña la experiencia del mundo entero y la experiencia de Rusia”. Uy, esto me parece que ya no.

Todo lo anterior, y mucho más, no significa que no esté de acuerdo con otras cosas que dice Pablo Iglesias. Llevan poco tiempo en la arena política y han entrado en contradicciones, enfrentamientos y actitudes personalistas. ¿Qué esperaban? No están por encima del bien y del mal. Creo que les queda mucho por ajustar. Más autocrítica, menos echar balones fuera y más patear los bares de los barrios para escuchar lo que se dice en la calle, no en los cenáculos universitarios. Ah, por favor, no desprecien a los ciudadanos y su voto.

Para tener opinión no les quedará otro remedio que leer el libro, que es mucho más que esto. Léanlo desde la crítica y la razón, la suya, no desde el estómago. 

Lo podrán encontrar en su biblioteca pública o librería preferida.

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