18 feb 2020

Salarios, regalías y otras minucias

  Los políticos que gestionan lo público tienen que cobrar un salario digno. Podremos discrepar de cual debe ser su cuantía, pero cobrar tienen que cobrar. Por principio, desconfío de quien renuncia a su salario ya que al final, ni cortos ni perezosos, llevan a sus cónyuges en los viajes oficiales y  acaban cargando a las arcas públicas los gastos. Y no miro para nadie. Son cosas que pasan.

  Voy a dejar de lado a este tipo de alcaldes cutres. Hablemos del gobierno y de los diputados de la Junta General. Pero antes permítanme una cita de David Runciman: “La mayoría de los políticos profesionales no han trabajado nunca de ninguna otra cosa. No se elevan por encima del aparato sino que ascienden a través de él”. Es importante tener esto claro ya que así se explica el servilismo en los partidos políticos, madre y padre de muchos de nuestros problemas.

  Con la llegada de Barbón a la presidencia de Asturias el gobierno tiene dos  consejerías más que hasta ahora – pasó de ocho a diez –.  Asimismo, incrementó el número de  direcciones generales, tres más, llegando a 44. Serán necesarias, no digo yo que no.
  Esto supondrá un incremento de un millón de euros más al año, según nos contaron.

  El presidente, Adrián Barbón, defendió este organigrama, faltaría más. Nos recordó que hay 36000 funcionarios y [sólo] 58 cargos políticos. Vaya, al presidente se le olvidó mencionar, por ejemplo, a los jefes de gabinete. Nada, un despiste. Ah, que también se le olvidaron los asesores. Vaya, ese día no estaba muy lúcido el Presi.

  Venga, pasemos a la Junta.

  Esta, la Junta General, dedicó en 2019 siete millones trescientos mil euros a pagar a los diputados, asesores y grupos políticos. En 2020 se subirán el sueldo un 2,3 por ciento, igual que el resto de los funcionarios.

  Está bien eso. Ellos se marcan el salario sin ningún criterio conocido. Repito, se lo marcan ellos, pero cuando hay incrementos se aplican, además, el de los funcionarios. Ellos se lo guisan y se lo comen. No se puede pedir más transparencia.

  En esta legislatura han introducido una novedad: hasta ahora los grupos parlamentarios se formaban a partir de tres diputados, en esta con dos bastan. Quién sabe sí en la siguiente con uno será suficiente.
  Los beneficiados han sido IU, Foro y la extrema derecha, que contaban con dos diputados cada uno. Ahora tenemos siete grupos parlamentarios en la Junta. ¡Viva la pluralidad! La primer consecuencia fue el incremento del  presupuesto en 472.320 euros. Las fuerzas políticas asturianas tienen una asignación que supera los tres millones.

  Oigan, que todos estos datos han circulado por los medios de comunicación.

  Allá por julio de 2019, se repartieron el número de asesores para los grupos parlamentarios. Fue una buena distribución. Se la voy a recordar. La Mesa de la Junta dispone de doce asesores. Vayamos al detalle. Cuatro para la Presidencia (PSOE). Oigan, pues no me parecen muchos. Dado el material con el que se toparon van a tener mucho trabajo. Prubinos. Sigamos. Dos para la Vicepresidencia Primera (PSOE); dos para la Vicepresidencia segunda (PP); dos para la Secretaría Primera (IU) y dos para la Secretaría Segunda (Ciudadanos).

  Aún faltan los grupos parlamentarios, que cuentan con 36 asesores. El Grupo Socialista, veinte diputados, quince asesores; el Grupo Popular, diez diputados, nueve asesores; al Grupo Mixto (en aquel momento, luego pasaron a grupos parlamentarios) le adjudicaron cinco asesores; el Grupo Ciudadanos, cinco diputados, cuatro asesores y Podemos, cuatro diputados, tres asesores.

  La Junta General está formada por 45 diputados que se reparten 48 asesores. Pues bien. Un momento, un momento. ¡No son 48 asesores, son 58! Me explico. La mayoría de los grupos lo que hacen es realizar nombramientos a media jornada y de ahí salen los 58. Evidentemente esos asesores son o bien militantes del partido de turno o gentes muy allegadas a las que hay que hacerles un hueco y pagarles un salario. Así de sencillo y práctico. Ah, hay que reconocerles su trabajo: son los negros de sus señorías.

  Para estas cositas de los dineros - de los suyos, desde luego - nuestros representantes son muy eficientes y se ponen rápidamente de acuerdo. Eso pasó, por ejemplo, con las dietas. Hasta ahora se pagaban en función de los kilómetros de desplazamiento, pero eso era un rollo. Simplificaron la cuestión con 265 euros mensuales para los diputados de la circunscripción central y 475 euros para los de las alas. Asunto arreglado.

  Vamos, igual que el resto de los trabajadores de este país.

  Hablando de igualdad, desde esta legislatura las señoras y señores diputados tendrán una contraprestación por desempleo al finalizar la legislatura. Faltaría más. Sí el resto de los trabajadores tienen derecho, ellos también. La consejera Dolores Carcedo afirmó que será “una asignación temporal, muy limitada en el tiempo, muy medida, incompatible con cualquier salario o pensión y por supuesto voluntaria”.

  Estoy conmovido.

  Imagino que además tendrán teléfono de “empresa” y no sé qué cosas más. Por cierto ¿en la Junta hay cafetería con precios de escándalo? Ni idea. Bueno, comidas de papu tienen bastantes a lo largo de la legislatura. Al igual que viajes oficiales… y eso no es pago en especies. No declaran nada de nada.

  Venga, vuelvo a repetirlo: quiero que los gestores de lo público cobren un salario digno por su trabajo.

  Por cierto, ¿cuántos días dedican al mes a nuestras cosas? Si les preguntamos a ellos nos dirán que todos y todas las horas. Pues… Repasé el calendario de actividad parlamentaria de la Junta y… en junio de 2019 hubo actividad parlamentaria ocho días; en julio, once; en septiembre, dieciséis; octubre, veinte – quedaron extenuados -; noviembre, quince; diciembre, dieciocho; enero de 2020, once días y en febrero va a ser  dieciséis.

  Claro, el resto del tiempo lo dedican a preparar los temas, reuniones previas, etc., etc. ¿Entonces los asesores para qué los necesitan? ¡Acabáramos! alguno, con puesto muy relevante, por ejemplo, le das un papel y un lápiz y te cubre la quiniela. No da más.

  Los ciudadanos nos hacemos cargo de los salarios y gastos de los cargos políticos, de los asesores y de los partidos políticos y todo ello a cambio de… Miren, las formas en que gestionan los dineros – que son nuestros - es ofensiva y en demasiados casos despilfarradora. Los trapicheos que realizan para favorecerse dan dolor y pena. Las horas que dedican a su trabajo público son ridículas. Para cobrar lo que cobran tienen que ganárselo y no lo están haciendo. En lo que va de legislatura no han dado palo al agua. No han solucionado ni un solo problema y Asturias va de culo, cuesta abajo y sin frenos.

  Ellos tranquilos, la memoria colectiva es frágil y de estas cosas no nos acordamos. Saben que a lo máximo que llegamos es a un comentario en Facebook  o en Twitter. Ellos, mientras, tiran y van librando.

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