Los políticos que gestionan lo público tienen que cobrar un salario
digno. Podremos discrepar de cual debe ser su cuantía, pero cobrar tienen que
cobrar. Por principio, desconfío de quien renuncia a su salario ya que al
final, ni cortos ni perezosos, llevan a sus cónyuges en los viajes oficiales
y acaban cargando a las arcas públicas
los gastos. Y no miro para nadie. Son cosas que pasan.
Voy a dejar de lado a este tipo de alcaldes cutres. Hablemos del
gobierno y de los diputados de la Junta General. Pero antes permítanme una cita
de David Runciman: “La mayoría de los políticos profesionales no han trabajado
nunca de ninguna otra cosa. No se elevan por encima del aparato sino que
ascienden a través de él”. Es importante tener esto claro ya que así se explica
el servilismo en los partidos políticos, madre y padre de muchos de nuestros
problemas.
Con la llegada de Barbón a la presidencia de Asturias el gobierno tiene
dos consejerías más que hasta ahora –
pasó de ocho a diez –. Asimismo,
incrementó el número de direcciones
generales, tres más, llegando a 44. Serán necesarias, no digo yo que no.
Esto supondrá un incremento de un millón de euros más al año, según nos
contaron.
El presidente, Adrián Barbón, defendió este organigrama, faltaría más.
Nos recordó que hay 36000 funcionarios y [sólo] 58 cargos políticos. Vaya, al
presidente se le olvidó mencionar, por ejemplo, a los jefes de gabinete. Nada,
un despiste. Ah, que también se le olvidaron los asesores. Vaya, ese día no
estaba muy lúcido el Presi.
Venga, pasemos a la Junta.
Esta, la Junta General, dedicó en 2019 siete millones trescientos mil
euros a pagar a los diputados, asesores y grupos políticos. En 2020 se subirán
el sueldo un 2,3 por ciento, igual que el resto de los funcionarios.
Está bien eso. Ellos se marcan el salario sin ningún criterio conocido.
Repito, se lo marcan ellos, pero cuando hay incrementos se aplican, además, el
de los funcionarios. Ellos se lo guisan y se lo comen. No se puede pedir más
transparencia.
En esta legislatura han introducido una novedad: hasta ahora los grupos
parlamentarios se formaban a partir de tres diputados, en esta con dos bastan.
Quién sabe sí en la siguiente con uno será suficiente.
Los beneficiados han sido IU, Foro y la extrema derecha, que contaban
con dos diputados cada uno. Ahora tenemos siete grupos parlamentarios en la
Junta. ¡Viva la pluralidad! La primer consecuencia fue el incremento del presupuesto en 472.320 euros. Las fuerzas
políticas asturianas tienen una asignación que supera los tres millones.
Oigan, que todos estos datos han circulado por los medios de
comunicación.
Allá por julio de 2019, se repartieron el número de asesores para los
grupos parlamentarios. Fue una buena distribución. Se la voy a recordar. La
Mesa de la Junta dispone de doce asesores. Vayamos al detalle. Cuatro para la
Presidencia (PSOE). Oigan, pues no me parecen muchos. Dado el material con el
que se toparon van a tener mucho trabajo. Prubinos.
Sigamos. Dos para la Vicepresidencia Primera (PSOE); dos para la
Vicepresidencia segunda (PP); dos para la Secretaría Primera (IU) y dos para la
Secretaría Segunda (Ciudadanos).
Aún faltan los grupos parlamentarios, que cuentan con 36 asesores. El
Grupo Socialista, veinte diputados, quince asesores; el Grupo Popular, diez
diputados, nueve asesores; al Grupo Mixto (en aquel momento, luego pasaron a
grupos parlamentarios) le adjudicaron cinco asesores; el Grupo Ciudadanos,
cinco diputados, cuatro asesores y Podemos, cuatro diputados, tres asesores.
La Junta General está formada por 45 diputados que se reparten 48
asesores. Pues bien. Un momento, un momento. ¡No son 48 asesores, son 58! Me
explico. La mayoría de los grupos lo que hacen es realizar nombramientos a
media jornada y de ahí salen los 58. Evidentemente esos asesores son o bien
militantes del partido de turno o gentes muy allegadas a las que hay que
hacerles un hueco y pagarles un salario. Así de sencillo y práctico. Ah, hay
que reconocerles su trabajo: son los negros de sus señorías.
Para estas cositas de los dineros - de los suyos, desde luego - nuestros
representantes son muy eficientes y se ponen rápidamente de acuerdo. Eso pasó,
por ejemplo, con las dietas. Hasta ahora se pagaban en función de los
kilómetros de desplazamiento, pero eso era un rollo. Simplificaron la cuestión
con 265 euros mensuales para los diputados de la circunscripción central y 475
euros para los de las alas. Asunto arreglado.
Vamos, igual que el resto de los trabajadores de este país.
Hablando de igualdad, desde esta legislatura las señoras y señores
diputados tendrán una contraprestación por desempleo al finalizar la
legislatura. Faltaría más. Sí el resto de los trabajadores tienen derecho,
ellos también. La consejera Dolores Carcedo afirmó que será “una asignación
temporal, muy limitada en el tiempo, muy medida, incompatible con cualquier
salario o pensión y por supuesto voluntaria”.
Estoy conmovido.
Imagino que además tendrán teléfono de “empresa” y no sé qué cosas más.
Por cierto ¿en la Junta hay cafetería con precios de escándalo? Ni idea. Bueno,
comidas de papu tienen bastantes a lo
largo de la legislatura. Al igual que viajes oficiales… y eso no es pago en
especies. No declaran nada de nada.
Venga, vuelvo a repetirlo: quiero que los gestores de lo público cobren
un salario digno por su trabajo.
Por cierto, ¿cuántos días dedican al mes a nuestras cosas? Si les
preguntamos a ellos nos dirán que todos y todas las horas. Pues… Repasé el
calendario de actividad parlamentaria de la Junta y… en junio de 2019 hubo
actividad parlamentaria ocho días; en julio, once; en septiembre, dieciséis;
octubre, veinte – quedaron extenuados -; noviembre, quince; diciembre,
dieciocho; enero de 2020, once días y en febrero va a ser dieciséis.
Claro, el resto del tiempo lo dedican a preparar los temas, reuniones
previas, etc., etc. ¿Entonces los asesores para qué los necesitan? ¡Acabáramos!
alguno, con puesto muy relevante, por ejemplo, le das un papel y un lápiz y te
cubre la quiniela. No da pá más.
Los ciudadanos nos hacemos cargo de los salarios y gastos de los cargos
políticos, de los asesores y de los partidos políticos y todo ello a cambio de…
Miren, las formas en que gestionan los dineros – que son nuestros - es ofensiva
y en demasiados casos despilfarradora. Los trapicheos que realizan para
favorecerse dan dolor y pena. Las horas que dedican a su trabajo público son
ridículas. Para cobrar lo que cobran tienen que ganárselo y no lo están
haciendo. En lo que va de legislatura no han dado palo al agua. No han
solucionado ni un solo problema y Asturias va de culo, cuesta abajo y sin
frenos.
Ellos tranquilos, la memoria colectiva es frágil y de estas cosas no nos
acordamos. Saben que a lo máximo que llegamos es a un comentario en
Facebook o en Twitter. Ellos, mientras,
tiran y van librando.
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