Las manifestaciones culturales y
artísticas muestras una parte muy relevante de la vida de una sociedad. En el
caso de las entidades administrativas más pequeñas la preservación de esos
elementos culturales es de vital importancia en este momento histórico en el
que la uniformidad, la globalización, el grandonismo y los espectáculos
monumentales fagocitan lo pequeño y más cercano.
En el caso del concejo de Tineo
se conservan, a duras penas, el monasterio de Obona y el de San Miguel de
Bárcena. Sobreviven algunos palacios y casas señoriales, la mayoría en un
estado ruinoso, y las casas tradicionales van desapareciendo sin pausa ni
freno. En las brañas vaqueiras la mayoría de las casas típicas han sido sustituidas
por otras modernas, más habitables sin duda, pero sin gusto ni particularidad
arquitectónica alguna. No han querido ni sabido conservar ese enorme patrimonio
etnográfico.
Cómo en toda tierra de cristianos gran parte del patrimonio tiene un carácter religioso.
Las tallas religiosas del concejo, un buen número de ellas, se reunieron en el
Museo de Arte Sacro de Tineo, hoy desaparecido cómo ya conté en otros
artículos. En su momento no tenía a mi disposición documentos que pudieran
avalar lo que yo recordaba: las aportaciones económicas públicas y de empresas
privadas y las desavenencias surgidas entre las partes implicadas en su puesta
en marcha. Hoy puedo cubrir esos huecos gracias a la información que me han
facilitado. Por ello, nuevamente vuelvo al que fue Museo de Arte Sacro de Tineo
con el fin de clarificar el origen de su puesta en marcha.
El 31 de julio de 1995 el
presidente de la Asociación Cultural Conde Campomanes, Guillermo Álvarez
Fernández, se dirigió por escrito, en nombre de la asociación, al párroco de la
Iglesia de San Pedro, Cándido García Tomás, con la intención de ofrecer la
colaboración necesaria para realizar un catálogo de las tallas depositadas en
la iglesia así cómo lograr una ubicación adecuada para mostrarlas y procurarle
un horario estable, entre otras cosas.
En ese escrito manifestaban su
preocupación por el deterioro de las piezas debido a la humedad y la polilla. Asimismo,
informan al párroco que han establecido contactos con Mª Josefa Sanz Fuentes y
Juan Ignacio Ruiz de la Peña, catedráticos de la Universidad de Oviedo, con el
fin de que la universidad realice la catalogación de las tallas. Le comunican
también que el Ayuntamiento está dispuesto a ceder una sala de Casa de Cultura
Conde Campomanes para albergar el museo. La asociación colaboraría con 2 250 000 pesetas para la
publicación del catálogo, compra de muebles para la sala e inicio de la
restauración de las piezas más deterioradas, dinero proveniente de las
aportaciones de varias empresas.
Se menciona otra opción para la
ubicación, que era la que proponía el Consejo Parroquial, que abogaba por la
permanencia de las tallas en la iglesia.
El 7 de septiembre de 1995
Cándido García Tomás contesta a la Asociación Cultural Conde de Campomanes. En
esa comunicación descarta la primera opción de ubicación, la Casa de Cultura de
Tineo, aceptando el resto de las propuestas.
El 18 de diciembre de 1995 se
creó una comisión integrada por la Sociedad Cultural Conde de Campomanes, el
Consejo Pastoral Parroquial y el Ayuntamiento de Tineo, a los que finalmente se
sumó la Asociación de Amigos del Camino de Santiago Astur-Galaica del Interior.
El 24 de abril de 1997 los
miembros de la comisión Pro Museo firmaron un documento titulado «Documento de
compromisos y objetivos básicos que adquieren
las entidades participantes en la Comisión Pro-Museo de Arte Sacro de Tineo
(Consejo Pastoral Parroquial, Ayuntamiento de Tineo, Asociación Cultural Conde
de Campomanes y Asociación de Amigos del Camino de Santiago Astur-Galaica del
Interior».
En ese escrito se recogen los
pasos dados hasta ese momento, los ya citados con anterioridad, y se da cuenta
de las aportaciones económicas conseguidas para el proyecto de museo. Unión
Fenosa aportó 700 000 pesetas. Caja de Ahorros de Asturias 1 500 000 pesetas. Hidrocantábrico 1 550 000
pesetas con el que se costearán 1000 catálogos, 5000 trípticos del museo, 5000
trípticos de la iglesias y una colección de postales. Siguiendo con las
contribuciones, la Consejería de Cultura aportó 2 500 000 pesetas para la restauración
de imágenes, 2 000 000 de pesetas para obras e iluminación y 900 000 pesetas
para gastos sin especificar.
La obra civil y la iluminación se
encarga al Ayuntamiento de Tineo, para lo que cuentan con 2 000 000 de pesetas
provenientes de las subvenciones de la Consejería de Cultura. Además cuentan
con «la subvención de las obras de mejora del Camino y restauración de pequeños
monumentos, que este año [1997] ascienden a 7000 000 pts. y que las partes
reconocen que se pueden hacer por algunos menos».
La restauración de imágenes se
encomendó a los monjes del Convento de Valdediós de Villaviciosa. Allí se
enviaron diez imágenes. El coste ascendió a 1 200 000 pesetas. El resto, 41
imágenes, se adjudicaron a un restaurador de apellido Parrilla cuyos honorarios
ascendieron a 2 675 000 pesetas.
La comisión acordó abonar 25 000
pesetas a las profesoras Pilar García y Raquel Alonso, encargadas de realizar
el catálogo, como compensación a sus gastos de desplazamientos.
Más adelante se especifican los
compromisos que adquieren las partes, entre ellas se especificaba que el
Consejo Pastoral Parroquial, presidido por el párroco Cándido García Tomás,
crearía una partida de 100 000 pesetas para el museo. Por su parte, el
Ayuntamiento de Tineo se comprometía a crear una partida en los presupuestos
municipales de 1997 de 1 000 000 de pesetas para colaborar en el amueblamiento
del museo.
El documento está firmado por
Laureano García Díez en nombre de la Asociación de Amigos del Camino de
Santiago Astur-Galaica del Interior; Guillermo Álvarez Fernández por la
Asociación Cultural Conde de Campomanes; Cándido García por el Consejo Pastoral
Parroquial y por el ayuntamiento de Tineo el concejal de Cultura Arturo
Santiago García.
El 17 de septiembre de 1997 se
celebró una reunión entre el alcalde de Tineo, José Rodríguez Fernández, y la
Comisión Pro Museo en la que se analizan las cuentas, detallando ingresos y
gastos. La información proviene del borrador del acta de esa reunión y está
manuscrita. Aunque se repiten las cifras anteriormente citadas en esta ocasión
se detallan de forma más pormenorizada. Así constan 800 000 pesetas aportadas
por el Consejo Pastoral Parroquial para el arreglo del tejado. Esa cantidad ya
estaba presupuestada para esa finalidad antes de que surgiese la idea de la
puesta en marcha del museo, por lo que asignarlo al museo es capcioso. Unión
Fenosa aportó 700 000 pesetas. Hidroeléctrica del Cantábrico 1 550 000 pesetas.
Caja de Ahorros de Asturias contribuyó con 1 500 000 pesetas. La Consejería de
Cultura de Asturias subvencionó con 2 500 000 pesetas la restauración de
imágenes, la adecuación de los locales con 1 999 458 pesetas, las
publicaciones con 900 000 pesetas y las vitrinas
y varios con otras 300 000 pesetas. La parroquia de Tineo aportó 100 000 pesetas
y el ayuntamiento tinetense 2 449 861 pesetas.
El total de ingresos ascendió a
15 399 319 pesetas, según ese borrador.
En el apartado de gastos recoge
las siguientes cuantías: La restauración de diez imágenes
ascendió a 1 200 000 pesetas, la del resto de imágenes supuso 2662 200 pesetas.
La publicación del catálogo del museo y programas de mano tuvieron un coste de
1 550 000 pesetas. Desplazamientos y varios de catalagadoras 25 000 pesetas. Suelos de madera, puertas
y pintura de las mismas 2 076 018 pesetas. En trasportes de materiales 66 120
pesetas. En ferretería 3000 pesetas. Limpieza 40 600 pesetas. Alarma 44 080
pesetas. Coste y restauración de paneles de cristal 1 557 100 pesetas. Los
cristales procedían de la exposición Orígenes, celebreada en Oviedo en 1993.
Restauración y desinfección de puertas de entrada de la iglesia 1 300 000
pesetas que aunque no era un gasto del museo se aceptó por la comisión.
Iluminación de las salas, con acometidas, cuadros de protección etc. 1 300 000
pesetas. Muebles expositores 1 800 000 pesetas. Desinfección y tratamiento
libros 300 000 pesetas. Retejar la parte de la iglesia que alberga el museo 800
000 pesetas. No se incluyen gastos de la inauguración e imprevistos no
contabilizados en ese momento.
El capítulo de gastos alcanzó los
16 083 678 pesetas, nuevamente según ese borrador.
El 26 de octubre de 1997 se
inauguró el Museo de Arte Sacro de Tineo ubicado en la iglesia de San Pedro, en
la capital del concejo. El ambiente estuvo enrarecido ese día. Las relaciones
entre Cándido García y los integrantes de las asociaciones se habían ido
tensando hasta ser casi inexistentes. Todavía hubo un capítulo más en esa
escalada de desavenencias.
La Nueva España publicó un artículo en el que daba cuenta de la
inauguración del museo, estaba redactado por el corresponsal del periódico en
Tineo. No gustó al párroco que con fecha de 27 de octubre de 1997 remitió a ese
diario una réplica a dicho artículo, al que acusó de desinformar. Cándido
García entendía que en dicho artículo se daba un excesivo protagonismo a la
Asociación Cultural Conde de Campomanes.
La contestación del párroco
molestó a su vez a la asociación lo que provocó en primer lugar un contacto
telefónico y acabó en un intercambio epistolar. En una carta del 5 de diciembre
de 1997, Cándido García se dirige al presidente de la Asociación Cultural Conde
de Campomanes, Guillermo Álvarez, en la que explica las razones de su artículo
de prensa y le dice textualmente «la réplica que con fecha 27-X-97 hice llegar
al diario La Nueva España por
considerar que el tratamiento que el corresponsal de la inauguración del Museo
era una auténtica desinformación: A parte de los errores evidentes, en el fondo
del artículo daba un protagonismo a la Asociación Cultural Conde de Campomanes
que en mi opinión merecían todas las instituciones y personas que hemos
participado en la realización del Museo». El corresponsal del periódico en
aquel tiempo era Rafael Lorenzo.
El presidente de la asociación le
responde en una misiva el 16 de diciembre de 1997. La entrada de la carta no
deja dudas de cual es el estado de la relación: «Muy señor mio». Posteriormente
pasa al tuteo. En ella se lamenta de tener que contestarla por carta y se
muestra muy duro con el párroco. Sin entrar en más detalles vean un ejemplo:
«Que cuando se sale a un medio público para conocimiento de todos los
tinetenses y asturianos a decir que tú eres el primero, el que llevó el peso,
la dirección y que los demás fueron convidados de piedra, se debe cuando menos
poder probarlo y si no es así se debe rectificar y poner las cosas en su
sitio».
Le comunican que esperan sus
aclaraciones públicas pues en caso contrario ellos harán pública la suya. No
llegó esa rectificación y La Nueva España recogió las aclaraciones de la
asociación.
Según sus palabras, el escrito de
Cándido García les dejó «boquiabiertos». Se preguntan que había hecho por la
creación del museo hasta que la Asociación Cultural Conde Campomanes decidió
involucrarse en el proyecto. A continuación pasan a referir el estado de
deterioro en que se encontraron las tallas y enumerar las carencias a subsanar
cómo legalizar la situación del museo, proseguir con la restauración de piezas,
ampliar la colección, regular las condiciones de depósito y préstamo, obtener
financiación, designar un patronato para dirigirlo, dotarlo de personal
técnico, incluirlo en la red de Museos de Asturias. Con posterioridad detallan
las reuniones mantenidas con empresas y entidades públicas. Critican el
protagonismo del propio Cándido García el día de la inauguración y el ninguneo que
realizó con todas las asociaciones, empresas y la Universidad de Oviedo.
Terminan con rotundidad «¿Dónde esta la caridad cristiana, donde la lealtad
para con quien él trabaja, donde la generosidad que debe mostrar un hombre de
Iglesia? Su artículo que destila hiel por todos lados, entendemos que es el
ejemplo de todo lo contrario que se debe hacer para seguir avanzando en la
consecución plena del Museo de Arte Sacro de Tineo». Contundente. El artículo
estaba firmado, según me cuentan, por
Guillermo Álvarez y veintisiete personas más,
El museo tuvo una vida lánguida.
No tuvo horarios de apertura continuos, siempre a expensas de la disponibilidad
del sacerdote, como tampoco se le dio la importancia que realmente tenía. A
pesar de todo siguió recibiendo ayudas públicas.
Tras un rastreo por el BOPA
(Boletín Oficial del Principado de Asturias) pude localizar unas cuantas
subvenciones del Gobierno asturiano, lo cual no quiere decir que esas fuesen
todas. Así, el 30 de junio de 2000 consta una de 1 500 000 pesetas para gastos
de electricidad, limpieza, equipo de seguridad y extinción de incendios,
publicidad e imprenta y restauración de fondos bibliográficos. En 2001 otra de
361 000 pesetas. En 2002 recibió 5788 euros. En 2008 hay dos subvenciones, una
por importe de 5019,91 euros y otra de 4920 euros. En 2009 aparece una de
3518,58 euros y otra de 8236 euros. En 2010 la subvención ascendió a 2266,23
euros.
Así fue pasando el tiempo y en
2018 el Museo de Arte Sacro de Tineo ya no existía. Por capricho de un cura,
destinado hace tiempo a otra parroquia, desplazó a la capilla de Merás, en la
propia iglesia de San Pedro, una serie de tallas y cerrando el acceso con una mampara de cristal. El resto de las
esculturas, sobre las que existen rumores inquietantes, se supone que siguen en
la iglesia y en principio no son visitables.
Con el fin de lavar la cara a la decisión
tomada por la iglesia han involucrado en el cambio a la prestigiosa Fundación
Valdés-Salas, su contribución siempre es de agradecer, pero eso no cambia la
realidad. Las decisiones de unos curas han reducido el pequeño museo a una
exposición. Han ubicado las tallas en una zona con gran humedad, nada que ver
con el espacio que ocupaban anteriormente y que probablemente lamentaremos.
El Museo de Arte Sacro de Tineo se hizo posible gracias a la colaboración de las asociaciones y entidades mencionadas,
las aportaciones económicas de la Consejería de Cultura de Asturias y el
Ayuntamiento de Tineo fueron imprescindibles. Hoy ese esfuerzo se ha reducido a
la nada.
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