La autovía Oviedo-La Espina no
hace más que depararnos disgustos y cabreos. Es una obra que se está
eternizando, en la que surgen problemas por doquier y causa molestias a los
ciudadanos. Para los políticos la obra va como tiene que ir. Nadie es
responsable ni de los atrasos en su ejecución ni de los percances que se van
acumulando.
El último despropósito fue la
reunión celebrada en Oviedo entre la Delegada del Gobierno, Delia Losa, el jefe
de la Demarcación de Carreteras del Estado en Asturias y el alcalde de Tineo,
José Ramón Feito y representantes de los grupos municipales tinetenses.
La reunión fue solicitada desde
el ayuntamiento y la señora Delegada no tuvo a bien desplazarse a
Tineo y a la capital tuvieron que ir los ediles. Esto me recuerda a otras
épocas, en las que cuando se quería algo para un concejo el alcalde de turno
tenía que ir en peregrinaje a Oviedo y lamer bien lamidas las posaderas al
gobernador. Doña Delia no ha tenido a bien desplazarse, ni ahora ni antes, a la
zona para comprobar cual es la situación de la autovía.
Me da a mí que con esta reunión
el señor alcalde de Tinéu, forma oficial para referirse al concejo, ha
diversificado las responsabilidades.
Pues nada, allá que fueron y
escucharon lo que se les quiso contar. De momento no sabemos lo que allí
contestaron nuestros representantes. Y me refiero a dentro de la reunión, no a
posterior.
La señora Delegada del Gobierno,
la susodicha Delia Losa, informó a los munícipes del dinero invertido en la
autovía y el que se invertirá. Eso sí, seguro que compungida, lamentó las
molestias causadas por la fana (argayo) de Casazorrina y por el puente de La
Barrosa, pero tranquilos, «los trabajos se están ejecutando con la máxima
celeridad posible».
También, casi seguro que con
alborozo, les informó que el tramo Cornellana-Salas estima que finalizará en
2023. Imagino que ya se imaginan lo que va a pasar. A las estimaciones en las
obras públicas hay que ponerles un año, más bien dos, cómo mínimo, de retraso. Igual
me equivoco. Eso espero.
Eso sí, de la finalización de la
obra hasta La Espina no sabemos nada. Es un secreto muy bien guardado.
La obra de la autovía de
Oviedo-La Espina se inició en 1999. Hace veintidós añitos. Está trufada de
fallos, no se pueden denominar de otra manera. Carece de un presupuesto
adecuado para acabar la obra de una vez por todas. Están perjudicando a los
ciudadanos, empresarios y transportistas. Nos han contando innumerables
mentiras. Desprecian a los vecinos del suroccidente con sus engaños, incompetencia
y desidia. Provocan cabreo y vergüenza, pero ellos tan tranquilos.
Ni alcaldes, diputados
autonómicos, diputados nacionales asturianos, senadores asturianos, ni el
presidente de la Junta (nacido en Tineo) o el Presidente asturiano han sido
capaces de poner coto a tanto despropósito y vergüenza. Sólo hay una razón que
lo explique: el escaso número de votos. Hacen lo que les da la gana. Eso sin
olvidar que Tineo tiene un alcalde apocado, timorato y sin peso político
alguno.
La autovía Oviedo-La Espina es la
muestra palpable de la dejadez, del desinterés, la desidia y la ineptitud de
una clase política que antepone un puñado de votos a una necesidad ciudadana.
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