Las comarcas mineras estaban avisadas, las
minas tenían el tiempo contado. Con el fin de crear empleos que sustituyesen a
los que se iban a perder se crearon los fondos mineros y otras ayudas europeas.
Recuerdo esa realidad, que todos los dirigentes políticos conocían, ya que se
perdió tiempo y dinero en infraestructuras varias. La finalidad fundamental y
prioritaria de los denominados fondos mineros era la creación de empleo
alternativo, ningún ayuntamiento hizo lo que debía hacer. El dinero lo dedicaron
a carreteras e infraestructuras deportivas, culturales, etc. todas ellas
necesarias, pero que debían haberse cubierto con fondos autonómicos o
estatales. Las prisas y la falta de visión de los alcaldes nos condujo a la
situación que hoy padecemos en grado extremo.
Tineo no es una excepción. También se sabía,
con años de antelación, que la central térmica de Soto de la Barca (Tineo)
cerraría. Ambos anuncios, el cierre de las minas y el de la térmica, se
cumplieron a rajatabla. No solo ha sido la perdida de empleos, sino también la
decepción y desilusión social provocada.
Es cierto que hubo una iniciativa que se
logró, no sin esfuerzo y con la oposición de muchos, la puesta en
marcha del polígono industrial de La Curiscada (Tineo).
A pesar de lo que muchos ciudadanos piensan en
el concejo de Tineo, la idea de su construcción partió del concejal por UCD
(Unión de Centro Democrático) Juan Carlos Rodríguez Menéndez, propietario de
Cafés El Gallego. Este dato se puede contrastar en el Libro de Actas de Plenos
Municipales del Ayuntamiento de Tineo, 1979-1984. No todos vieron su
importancia. Desde la filas del grupo independiente Unidad Campesina se dijo
«que no tendrían inconveniente en apoyar la propuesta siempre que la zona
industrial respete las 75 hectáreas de pastizal y considerando que hay terreno
suficiente para todo». La visión de ese grupo político siempre fue de miras
cortas. Con posterioridad, con la llegada de los socialistas a la alcaldía, el
polígono se hizo realidad. Hoy es uno de los pilares de la economía tinetense.
El polígono de La Curiscada fue creciendo
gracias a la iniciativa privada. Las pequeñas empresas familiares fueron
creciendo y necesitaban más espacio para expandirse. Fueron ellos los que han
convertido al polígono en lo que hoy es. El ayuntamiento ha sido un
colaborador, pero nunca han sido capaces de establecer políticas activas para
atraer empresas. Y me refiero a todos los grupos políticos que han pasado por
el consistorio. Nunca, nunca, nunca hubo políticas activas de atracción de
empresas. Lo repito para dejarlo claro. Para quienes tengan alguna duda de la
veracidad de esta afirmación ¿pueden decirme cuando se hizo pública alguna
iniciativa de ese tipo? Ni en público ni en privado. Una cosa es el apoyo a las
empresas que se iban a asentar, faltaría más, y otra muy diferente es que
existiera una estrategia definida.
Mucho más adelante se construyó el polígono
empresarial del Alto Forcayao.
Como ya conté en otro artículo, un empresario
de Navelgas (Tineo) afirmaba que había veinte empresarios dispuestos a instalar
sus empresas en un polígono. No se lo creía ni él, pero con eso y la
insistencia machacona logró su objetivo. De ahí surgió la idea de situarlo en
el Alto de Forcayao.
Se construyeron 32000 metros cuadrados, con 29
parcelas. Hay que hacer constar que vecinos de la zona estaban en contra de su
construcción. Se inauguró en 2007, siendo alcalde el socialista Marcelino
Marcos Líndez, quien dos años después y viendo que no tenía empresas
interesadas en ubicarse en él, manifestó a
La Nueva España que había que tener paciencia. ¿Cuánta más? Según
ese mismo periódico el presupuesto para su construcción ascendió a 1,5 millones
de euros.
Me acerqué para ver el estado de conservación
y se me cayó el alma al suelo. ¡Qué desolación! Está absolutamente dejado.
Maquinaria, chapas, restos de madera, vegetación que crece sin control,
suciedad… abandono total. Con el aspecto que ofrece es imposible que atraiga a
nadie.
Se gastó un montón de dinero para poco. La
empresa maderera ahí sigue y parece que le van bien las cosas, de lo cual me
alegro, pero por favor, que alguien ponga remedio a ese desastre e intenten
darle un poco de vida.
Por
cierto, desde este polígono se accede a la plantación de arándanos, financiada
con dinero público, y que está abandonada. De momento sigue haciendo las
delicias de los vecinos de la zona, de la comarca y aún más lejos que van a
recoger los frutos. Otro ejemplo de desidia.
Por favor, si han llegado hasta aquí vean las fotografías del estado en que se encuentra del polígono del Alto Forcayao. Y sí aún mantienen dudas, acérquense hasta allí.
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