Barbara Simpson, soprano muy famosa, sufre un
ataque cardíaco durante una actuación que la aleja de los escenarios. El doctor
Ripper quiere ayudarla a salir del estado depresivo en el que se encuentra y
para ello le pide que haga memoria y anote sus recuerdos.
Grosso modo esta es la trama inicial
de Una sombra blanca, última novela de Carme Riera.
La regresión de Simpson será un acto doloroso
en la que la acompaña su secretaria, Roser Barnes, que será la encargada de
redactar los recuerdos de la artista. Barnes será la narradora de la novela.
La autora nos cuenta que es una obra que
habla de las experiencias cercanas a la muerte. La protagonista considera que
tiene una deuda pendiente que saldar y por eso no se murió. Pues a pesar de
esto no es un tema que tenga una relevancia especial en la novela.
La novela recorre la vida de Barbara Simpson
desde su infancia en el sur de Estados Unidos en un momento en el que los
enfrentamientos raciales son muy importantes. Hay un detalle relevante que no
he comentado, la soprano es negra. Como pueden imaginar su infancia no fue nada
fácil. El racismo es otro de los temas que impregna la trama. Aún hay más,
Barbara es fruto del amor de sus padres al que se opusieron sus abuelos
maternos.
Los padres de la protagonista viven a salto
de mata y se dedican al espectáculo musical que compaginan con la magia. Desde
sus primeros años Simpson destaca por su voz y se suma al espectáculo. Las desgracias no bien solas. Por si esto no
fuera suficiente la niña pierde a su madre y queda al cargo de su padre.
Permítanme que les destripe un poco más la
novela. Padre e hija se trasladan a Mallorca donde el progenitor fue contratado
para un grupo de jazz y la niña logra que una gran profesora de canto le de
lecciones.
Hasta aquí.
Lo dicho anteriormente no les haga pensar que
se trata de un culebrón sentimentaloide. En absoluto. Es una novela
entretenida.
En el pueblo de Mallorca donde van a vivir y
recibir clases una niña negra despierta expectación en el pueblo y allí tendrá
lugar… Pasa lo que pasa y para saberlo tendrán que leer el libro. A partir de
la estancia en la isla se introduce un nuevo tema, las agresiones sexuales.
Carme Riera, mallorquina, introduce en casi
todas sus novelas su tierra y en esta ocasión así lo hace. Esto le permite
hablar de la especulación urbanística y la «invasión» turística con los daños
que provoca.
Las mujeres son las protagonistas. Cada una
con sus méritos, pero también con las limitaciones de la época que les tocó
vivir en la cual figuras paternas o maridos condicionaban su vida. Riera
introduce en tierras mallorquinas a la Diosa Blanca, mito matriarcal sobre el
que escribió el autor y poeta inglés Robert Graves.
Hay una figura masculina, además del padre de
Barbara, que destaca por su independencia y compenetración con el bosque y la
tierra balear. A esto le suma su exacerbado sentido del deber y la honradez que
acabará siendo mal interpretada por sus vecinos.
Como ven Una sombra blanca toca un
variado repertorio de temas pero ni resulta pesada ni confusa. Eso sí, no
esperen disertaciones profundas sobre la vida, la muerte, el racismo… es una
novela que introduce temas en una trama que tiene un punto detectivesco que se
lee de un tirón.
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