EFE
El
cambio de trayectoria del periódico El País no es de ahora. Hace varios años
que se fue por unos derroteros que a muchos no nos gustó. Sigue contando con
colaboradores excelentes: Manuel Vicent, El Roto, Javier Marías, Forges, Juan
José Millás… por citar algunos. Y eso le salva.
Como
empresa privada encamina sus pasos hacia dónde quiere. Marca su línea
editorial y luego tiene sus seguidores y
detractores. Las noticias son veraces y contrastadas – así se lo supongo - las
opiniones son otra cosa. Su opinión, el editorial del 5 de junio de 2016, es un
ejemplo de lo que creo que no debe hacerse.
¡Por
favor!
“Única
alternativa”, “auparse al poder”, “sondeo alarmante”, “extremismo”, “opción
rupturista”, “enormes incertidumbres”, “cuestiona”, “pretende instaurar”, “agravaría”,
“provocaría un enfrentamiento”, “disgregración”, “riesgos”, “no hay más
alternativa”, “impostura”, “costarle muy cara”, “movilización”, “reducido”, “artificial”,
“incertidumbres”, “crudeza”, “condiciones draconianas”, “amenazar”, “sabe estar
al lado del Gobierno cuando la situación lo requiere”, “problema”, “populista”,
“radical”, “opción rupturista”, “agravaría el estado de las finanzas”, “provocaría
un enfrentamiento frontal”, “Tampoco… resultan tranquilizadoras”, “riesgos que
entraña la operación”, “se quiere convencer”, “impostura”, “costarle muy cara”.
Las
anteriores expresiones, sacadas de ese editorial titulado “Una gran impostura”,
no dejan lugar a dudas. En 552 palabras toda esta batería y seguro que algunas
más. Es un lenguaje belicoso e intimidatorio.
Opinan
desde el extremismo que siempre asociamos a los medios de comunicación muy de
derechas, los muy de izquierdas no existen en España.
Ya
desde el inicio asoma la patita: “la coalición Unidos Podemos deja más clara su
ambición de rebasar al PSOE, colarse como única alternativa al PP y auparse al
poder”. Más adelante intenta arreglarlo, pero dicho quedó.
Y
yo me pregunto: ¿Acaso no es ese el objetivo legítimo en una democracia? ¿Hay
algo ilegal? ¿Esa coalición está al margen de la legislación española?
De
ahí en adelante es todo una sarta de premoniciones apocalípticas.
Su
opinión choca de forma frontal con mi libertad pues ustedes están intentando
meterme miedo. Y eso, señores editorialistas de El País, está muy feo.
Hablar
a estas alturas de oportunismo e incertidumbres programáticas es de risa. ¿Les
recuerdo todos los incumplimientos del Gobierno del PP?
Miren,
como tienen mala memoria les recuerdo que el pasado 23 de mayo publicaron
ustedes una noticia titulada: “Rajoy promete a Bruselas más ajustes si gana las elecciones”, firmada por
Claudi Pérez. El 4 de junio, en crónica de Javier Casqueiro, recogen lo siguiente: “El programa de
Mariano Rajoy para las elecciones generales del 26-J lleva otra vez como
sucedió el 20-D la gran baza de la bajada de impuestos como el elemento
diferencial con respecto a los demás partidos”.
¿Es para reír o llorar?
Como ya andaban desbocados no tienen empacho en hablar de un “electorado
reducido”. ¿Nos quieren quitar la capacidad de pensar y decidir a los ciudadanos?
No, desde luego. Tengo la sensación de que me tratan como a un tonto. Y esa es
mi opinión, tan buena como la suya.
No se dan por contentos y entonces cargan contra la
competencia: Atresmedia. Oigan, sus luchas por la audiencia, por el dinero, me
dan de lado. Ellos, al igual que ustedes, deciden lo que hacen en su empresa.
¡Y miren que me importa a mí un pito Atresmedia o PRISA!
¡Chirría!
Hablar de populismo en un partido político es no decir nada.
Y eso de la radicalidad pues tiene su gracia.
Radical es cargarse los derechos sociales. Radicales son los
desahucios. Radical es la pobreza. Radical es el hambre infantil. Radical es
que los enfermos se mueran por falta de atención. Radicales son los asesinatos
de mujeres. Radical es tener un presidente al que le dan miedo las entrevistas.
Señores editorialistas de El País, no me jodan.
Aún estoy esperando una propuesta del gobierno popular del
señor Rajoy sobre Cataluña. Eso es intranquilizador. Esa indolencia tan rajoyniana es muy arriesgada y puede
conducir a un camino sin salida.
La lectura de ese editorial es muy interesante. Destrípenlo
ustedes al máximo.
Yo tengo claro a quien no voy a votar, aún ando escudriñando mí candidato.
El País fue un referente en España y en el mundo, hoy es un
medio de comunicación sin ascendiente social. No se trata de sus cambios políticos,
en absoluto, es algo mucho más profundo: han empobrecido a un gran diario hasta
convertirlo en un asusta niños.
El editorial del miedo by Santiago Pérez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.
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