¡Vamooossss!
Comienza la fiesta. ¡Arriba, arriba, vamoossssssssss! ¡Pongan ritmo a sus
cuerpos! Ya estamos en marcha. Entiéndaseme,
me refiero a la fiesta de la democracia – anda que no está manida ni
nada la expresión -. Aunque no sé yo si con tanta juerga no acabaremos con una
borrachera de campeonato. Algunos candidatos, oído lo que dicen, ya deben ir
bastante puestos.
La
verdad es que tendríamos que estar encantados. Nos dicen que la máxima
expresión democrática son las elecciones, pues bien, con las que hemos tenido
en España seguro que somos los campeones. ¡Oe, Oe, Oe! ¡Campeonesss!
¡Campeonesss!
Como
las últimas generales son un cadáver fresco no hace falta que se molesten mucho
en cambiar los programas. Bueno, excepto el PSOE, que con esa coalición radical
de IU y Podemos, de ahora en adelante Unidos Podemos, han tenido que introducir
arreglos de última hora.
Los
publicistas no descansan desde hace meses. Están empalmando una elección con
otra. A este ritmo ese sector se va a convertir en un yacimiento de empleo, qué
digo, en un filón. Cada vez tienen qué esforzarse más. Tienen qué epatar. Y el
PP lo consiguió.
Miren,
en estos momentos estoy viendo como Moragas casi se arranca a marcar unos pasos
de merengue. Fue una lástima que no estuviese allí Thais Villas. Seguro que la
echó de menos.
Manuel
Pacho, el músico asturiano que compuso el himno del PP en 1989, se empleó a
fondo. Jorge Moragas, director de la campaña del Partido Popular, encargó a
Pacho un arreglo con ritmo latino. Cosa que no me extraña nada. Llevan tanto
tiempo hablando de Venezuela que es lógico.
Pues
nada, en un fin de semana lo ventilaron. Descartaron el reggaetón - reguetón
para andar por casa -. ¿Se imaginan a Rajoy meciéndose sensualmente? Siento
haberles provocado esa imagen.
Al
final les cuadró más el merengue.
Es
curioso que el PP quiera importar un ritmo latino para su himno cuando a ciudadanos de esas latitudes, entre otros,
les ha desprovisto de derechos.
Todos
los medios de comunicación se hicieron eco del éxito del verano. Hubo, incluso,
quien mientras nos deleitaba con la música introdujo imágenes del presidente
okupa a toda marcha. ¡Ayyyyyy!
Estaban
encantados. Un buen comienzo. Marcando el paso de la campaña desde el
principio.
Perdón.
Yo ya me imaginaba a Rajoy imitando a Miquel Iceta. ¿Se lo imaginan ustedes?
Perdón, perdón.
No
hay felicidad que dure mucho.
En
esto llegaron esos pérfidos, desintegradores del solar patrio, de la propiedad,
y acabaron con la diversión. Llegó Maduro y mandó parar. ¡Los bolivarianos lo
joden todo!
No
van y se les ocurre presentar su programa, sus panfletarias propuestas
programáticas, como un catálogo de IKEA.
Es…es…es…Son
unos cabrones.
Aclaremos
las cosas, esta gente, tan bolivariana ella, escoge una multinacional como
modelo. Y eso es… Eso es… son unos veletas, incongruentes, son…son…son…unos
cabrones. ¡Ah, ya! ¿En qué estaría pensando el publicista? ¿Estarán al servicio
de IKEA?
Creo
la gente del PP van a pedirle a Pacho otro fin de semana intenso para que
encuentre un nuevo ritmo más acorde a su estado de ánimo: una misa de Bach.
¿Quién
se acuerda ya del merengue? Nadie. Se ha desinflado y convertido en algo
pastoso.
El
catálogo ha servido como excusa para nuevas críticas, no solo de los peperos,
también de los psoeros. Vale, eso está en las reglas de juego.
Venga,
digamos la verdad, les han comido la merienda a todos, de momento. Por cierto,
les falta una melodía ¿estarán en ello?
He
leído, escuchado, argumentos de todo tipo.
La sensación que he tenido es que les tienen envidia por no habérseles
ocurrido a ellos.
¿Acaso
las campañas electorales no son cosa de publicidad? No me vengan con tonterías.
Unidos Podemos han tenido una buena idea.
El
diseño es atractivo. Llama la atención. Luego hay que leer. Son 99 páginas.
Muchas con fotografías de los líderes podemistas y un breve texto. En las
páginas finales todo su programa. Rajoy, Sánchez o Ribera no aparecen en la
publicidad de sus partidos. Ya, ahora entiendo parte de sus críticas.
Escenas
caseras, muy publicitarias, en las que los protagonistas son Julio Rodríguez,
Rafael Mayoral, Pablo Echenique, Iñigo Errejón, “Kichi”, Carolina Bescansa,
Daniel Ripa, entre otros, y desde luego Pablo Iglesias. El Coletas aparece en ocho fotografías. Es el chavalín de la
película.
El
catálogo se puede descargar, gratis, desde internet o comprar en papel por 1,80
€.
Ahora
todos a competir en vídeos, frases ingeniosas, número de niños besados,
kilómetros realizados, tuits o seguidores en facebook. Pero no se olviden de
que esos perroflautas están realizando una mierda de propaganda electoral.
Estoy
seguro que muchas personas será la primera vez que se acerquen a un programa
electoral.
Mientras
ellos se divierten mirando el catálogo y menean los pies a ritmo de merengue,
yo sigo elucubrando sobre mi voto.
Merengue contra catálogo by Santiago Pérez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.
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