Publicado en La Nueva España el 27 de noviembre de 2019
Aún estábamos digiriendo los resultados electorales y nos dicen que lo imposible se hizo posible. Vamos, que PSOE y Unidas Podemos se dan la mano para gobernar. ¡Pues se podían haber ahorrado las elecciones! Bueno, ya no tiene remedio. Esto no hizo más que empezar.
La recolecta de votos no
satisfizo a nadie, a casi nadie. PSOE, PP, Ciudadanos, Unidas Podemos y Más
País se quedaron lejos de sus expectativas. Salieron bien parados los
nacionalistas, los partidos de carácter regional y la extrema derecha.
Lo más destacable fueron los
resultados de Vox, similares en toda España, excepto Galicia, País Vasco, La
Rioja y Navarra donde no mojaron. El partido de extrema derecha obtuvo algo más
de un quince por ciento de los votos.
Las interpretaciones de los
resultados se van multiplicando. Ya hay mapas que establecen la relación entre
los votos a Vox y la renta, no solo por comunidades o ciudades, si no hasta por
calles. Al parecer la extrema derecha se aprovecha de la caída de Ciudadanos,
principalmente, para subir en las zonas más pobres y el PP en las más ricas.
Lo sucedido en España no es
ninguna novedad, es un fiel reflejo de lo acaecido en el resto de Europa. Las
estrategias, las argumentaciones son casi idénticas, con la particularidad
española del argumentario ultracatólico y neofranquista. Lo de la identidad
nacional es común a todos estos partidos, que en nuestro caso se ve reforzado
por el procés. No les faltan las
apelaciones a la inmigración o la inseguridad. Lo dicho, viejos argumentos
xenófobos y racistas. No tienen pudor en hacer gala de sus opiniones sobre
homosexualidad o sobre la igualdad de género. Eso sí, esconden sus propuestas
económicas que parecen no afectar a sus votantes. Su apuesta por la enseñanza
privada, las pensiones privadas… de eso no saben no contestan. Son
ultraliberales.
Nada importa. Han obtenido 52
diputados, algo más del quince por ciento de los votos. Casi nada.
En el suroccidente asturiano
también les ha ido muy bien.
Las condiciones socioeconómicas
de la comarca ya las conocemos: pérdida y envejecimiento de población, escasos
servicios públicos, falta de trabajo, malas comunicaciones… y con estas
papeletas los votantes de Vox han aumentado.
Concejo Votos 28 A Votos 10 N
% de votos 10 N
Allande
|
110
|
140
|
18,59
|
Cangas del Narcea
|
777
|
1042
|
18,68
|
Degaña
|
31
|
44
|
9,73
|
Ibias
|
63
|
64
|
12,36
|
Tineo
|
888
|
954
|
22,08
|
Fuente: La Nueva España
Los porcentajes, y los votos,
obtenidos en el suroccidente por la extrema derecha fueron muy buenos, a lo que
contribuyó, en teoría, una baja participación que anduvo entre el 45,41 en
Ibias, la más baja, y el 57,36 en Degaña, la más alta.
Dicen que a los más jóvenes les
parece guay votar a Vox. Yo, mire por donde lo mire, no lo veo. Será cosa de la
edad, la mía, claro. Después están los nostálgicos del franquismo que también
les votan. Aunque me cueste asimilarlo, sigue habiéndolos. Rematan la cosecha
con votos de los cabreados, los nacionalistas - españolistas, desde luego - los
partidarios de la mano dura, del regreso a las fronteras y sí les apuramos de la
autarquía.
Les confieso que tengo que
asimilarlo. Novecientos cincuenta y cuatro vecinos de Tineo - mis vecinos -
2244 del suroccidente, han votado a la extrema derecha. Me cruzaré con ellos,
tomaré un café a su lado o con ellos, nos saludaremos pero… No ven lo que
ocurre allí donde gobiernan. Han olvidado las enseñanzas de la Historia.
No puedo creer que quieran
recortar mis derechos, sus derechos. No puedo creer que hayan perdido la
capacidad de empatizar con otros seres humanos. No puedo creer que apuesten por
la privatización salvaje de los servicios públicos. No puedo creer… pero mis
vecinos han votado a la extrema derecha.
No puedo creer que les hayan votado by Santiago Pérez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.
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