27 ene 2020

La bibliotecaria, una novela no tan modosita


  Buscando en la biblioteca pública que leer me topo con La bibliotecaria, novela de Salley Vickers traducida por María José Díez Pérez. La cabra tira al monte y no lo dudo, me la llevo.

  “Sylvia Blackwell sólo tenía veinticuatro años cuando, en 1958, aceptó el empleo de bibliotecaria de la sección infantil en East Mole”. Así comienza la novela. Prosigue como un cuento casi costumbrista donde todo parece centrarse en esa biblioteca infantil y los esfuerzos de la bibliotecaria por lograr nuevos lectores. Al principio me resultó una historia un poco, bastante, ñoña. Bueno, al final también, pero…

  Oigan, no es lo que cuenta la publicidad de esta novela o lo que escriben algunos por ahí. En fin.

  Los ojos se me pusieron a cuadros en varias ocasiones. No por que me escandalice, solo faltaba, sino por lo que cuela casi de rondón, como quien no quiere la cosa.

  Veamos, lo más evidente es que la bibliotecaria se enamora de un señor con una hija. Pues vale. Lo que omiten al hablar de este libro es que él está casado. Vamos, que se trata de una infidelidad matrimonial que no apesadumbra lo más mínimo a la bibliotecaria. No se equivoquen, hay más engaños matrimoniales.

  Ya hemos perdido un poco la inocencia que se quiere vender.

  Por otro lado, nada nuevo desde luego, la maledicencia campa a sus anchas en ese pequeño pueblo de cotillas.

  Vaya. El lugar ya no es tan bucólico.

  Los niños, como no, tienen un papel muy relevante, llegando a convertirse en personajes clave. Listos, traviesos, encantadores… Eso hasta que aparece un pederasta. No se apuren, casi pasa desapercibido. ¡Ah! tampoco hay que olvidar las palizas a los guajes cuando las merecen.
  Bueno, era otra época. Toma ya. La candidez a tomar por el saco.

  Empiezo a pensar que yo leí otro libro.

  El enamorado de la bibliotecaria, tan majo él pues resulta que es un… Hágase el silencio, lo tienen que leer.
  El jefe de la bibliotecaria… un tipo despreciable y aprovechado además de un sobón en los términos de la RAE.

  En ese universo no falta una relación lésbica y otra gay. Aunque tampoco se profundiza en ellas.

  Y sí, la biblioteca está presente, la animación a la lectura y los libros también. Y el amor. Al final te puedes plantear la duda de si los libros y la biblioteca son el tema principal, pues me parece que igual no.

  Las relaciones personales, los amores infantiles y adultos, los desengaños, la amistad, la infidelidad, las relaciones homosexuales asoman con timidez y todo se enmascara en una novela sensiblera, remilgada. El final es de cuento, en el que algunos comieron perdices y fueron felices.

  Oigan, lo mejor que pueden hacer es ir a su biblioteca pública o librería preferida, hacerse con él y leerlo.

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La bibliotecaria, una novela no tan modosita by Santiago Pérez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.

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