La vida de un espía tiene que estar sumida en la discreción, el secreto
y rodeada de mentiras. ¿Puede alguien dedicarse a eso y ser decente? John Le
Carré dice que sí, al menos en su última novela Un hombre decente, traducida por Benito Gómez Ibáñez.
La novela está narrada en primera persona por Nat, un espía con criterio
propio. Es un apasionado del bádminton y su relación con otro jugador le llevará
a tomar decisiones que cambiarán su vida.
Además del bádminton, nos topamos con el “jodido Brexit”, las relaciones
políticas internacionales y nos ilustra sobre la forma de trabajar en las altas
instancias del espionaje, que tiene poco que ver con el bien del país.
Le Carré hace patentes sus ideas políticas. Imagino que a estas alturas
de su vida, 88 años y con un cáncer a cuestas, tiene más libertad que nunca
para expresar lo que le de la gana.
Bueno, podría definir Un hombre
decente como una novela con mala
leche.
El protagonista, Nat, además de su pasión por el bádminton siente mucha
inquietud por la relación con su hija, que no deja de ser normal, lo cual
quiere decir distante e incierta. El trabajo ya no le pone y por suerte convive
con Prue. Ella es su baluarte. Vean: “Si en general la gente no entiende
nuestro matrimonio, tampoco comprenden a Prue. Abogada de izquierdas, sin pelos
en la lengua, al servicio de los pobres y oprimidos, intrépida paladina de
demandas colectivas, bolchevique de Battersea; ninguna de las fáciles etiquetas
que la imponen hace justicia a la Prue que yo conozco. Pese a sus selectos
orígenes, es una persona que se ha hecho a sí misma. Su padre, el juez, era un
cabrón que no quería competencia por parte de sus hijos, de modo que convirtió
su vida en un infierno y se negó a dar apoyo económico a Prue en la universidad
para que estudiara Derecho. Su madre murió alcohólica. Su hermano se fue al
carajo, Por lo que a mí respecta, no es preciso recalcar su humanidad y sentido
común, pero a veces resulta necesario por lo que se refiere a otros, en
especial a mis chers collégues”.
En pocas líneas cuenta muchas
cosas. Me gustó el párrafo y por eso se lo traslado enterito.
Vale, ya he mencionado sus
filias, ahora tocan sus fobias: el Brexit, Donal Trump, Vladimir Putin y Boris
Johnson. Me refiero a las de Nat que coinciden con las de David John Moore
Cornwell, alias John Le Carré.
Les voy a poner dos ejemplos muy
ilustrativos, perdonen la extensión pero creo me disculparán: “El presidente
Donald Trump, gran amante de la libertad, os va a salvar el culo, según me han
dicho. ¿Sabes lo que es Trump? – Dímelo tú. – El que le limpia la mierda a
Putin. Hace por el pequeño Vadi todo lo que el pequeño Vladi no puede hacer por
sí mismo: cagarse en la unidad europea, cagarse en los derechos humanos,
cagarse en la OTAN. Nos asegura que Crimea y Ucrania pertenecen al Sacro
Imperio ruso, que Oriente Próximo es de los judíos y de los saudíes, y a tomar
por el culo el orden mundial. ¿Y qué hacéis los británicos? Le chupáis la polla
y lo invitáis a tomar el té con vuestra reina”.
Me parece que ha sido un buen
resumen de la situación actual. Creo que se queda corto.
Putin es una espina clavada muy
adentro: “Toca a su compañero de armas Vladimir Putin provocar el desencanto
final, primero con la supresión de las ansias de independencia en Chechenia y
después con las de su querida Georgia. Putin siempre ha sido un espía de quinto
orden. Ahora era un espía reconvertido en autócrata que interpretaba la vida
entera en términos de konspiratsia.
Gracias a Putin y a su pandilla de estalinistas irredentos, Rusia no avanza
hacia un brillante futuro, sino que retrocedía a su oscuro e ilusorio pasado”.
La verdad es que no sale bien
parado Vladi.
Les aseguro que es una novela de
espías, no se vayan a creer otra cosa. Lo que pasa es que está cargadita de
baños de realidad.
Hacía mucho tiempo que no leía
nada de John Le Carré. Quién sabe si esta será su última novela, dadas las
circunstancias. Me prestó. Al tiempo que sigues la intriga, con un final …, nos
damos un paseo por la realpolitik con
humor británico y un poco de mala hostia.
Pasen por su biblioteca pública o
librería preferida y podrán sacarle toda la punta que quieran.
Tal vez encontremos algún hombre decente entre los espías by Santiago Pérez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.
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