Los
datos estadísticos de población en Asturias confirman lo que ya sabemos, vamos
de mal en peor. La tendencia demográfica negativa es mucho más acusada en las
alas, especialmente en el occidente y suroccidente.
En ese amplísimo territorio
los datos son escalofriantes. Un concejo como el de Allande, tercero en
extensión de Asturias, tiene 1574 habitantes. Los hay que en poco tiempo
quedarán absolutamente despoblados, no exagero. Así por ejemplo Pesoz tiene 138
habitantes, Villanueva de Oscos 263. Podría continuar con esta letanía ya que
todos los concejos del occidente han perdido población. Permítanme un último
dato muy relevante, Cangas del Narcea es el municipio, entre los de más de
10000 habitantes, con mayor descenso de población en los últimos diez años en
España.
Este
es el panorama actual, pero la proyección que realiza el INE (Instituto
Nacional de Estadística) para Asturias
no es nada esperanzadora. El INE estima que en 2037 habremos perdido 66921
habitantes. En cuanto al saldo vegetativo (diferencia entre nacimientos y
defunciones) Asturias está a la cola de España y en 2036 estaremos en un
-133,6.
Siendo
la proyección tan mala para Asturias ¿cómo será para el occidente y
suroccidente? Terrible, sin duda. A la realidad me remito.
La
pérdida de población y el envejecimiento de la misma es consecuencia de la
carencia de medios para subsistir. La gente emigra de su tierra, en la mayoría
de las ocasiones, por motivos económicos. La escasez de puestos de trabajo, de
servicios públicos y de vivienda son determinantes para la huida de los más
preparados y los más jóvenes, especialmente mujeres.
La descarbonización, en el caso del suroccidente, supuso la puntilla para la
comarca. En el occidente, en general, la sangría ha sido lenta pero constante,
no se salva ni Navia.
El occidente ha quedado reducido a suministrador de materias primas y territorio
en el que campan a sus anchas las eléctricas, que obtienen enormes beneficios
pero sin apenas crear puestos de trabajo estables. La política de esas empresas
es tan agresiva que están intentando instalar aerogeneradores allí donde les
interesa, aunque sea perjudicando a los vecinos. Muchas son las protestas
vecinales pero de momento solo cuentan con el apoyo de algún alcalde y el
gobierno asturiano pasa olímpicamente. Tal vez explique esta situación que la
que fue directora general de Industria del gobierno asturiano, Rosana Prada,
vinculada profesionalmente al sector eólico, les allanara el terreno.
Todo
lo que pueda decir es repetir lo ya sabido pero no por ello solucionado. Viejos y rancios problemas enquistados por mor del abandono político. Infraestructuras
deficientes, servicios públicos escasos y sobre todo escasez de empleos. Si hay
empleo se producen mejoras en las infraestructuras, sobre todo las viarias, y
en los servicios públicos ya que se incrementa la producción y por tanto mejora
la economía, al tiempo que la población no emigra e incluso se atrae. Vale, es
una perogrullada, pero parece que hay que recordárselo a algunos. ¿Y al
contrario? ¿Primero comunicaciones y lo demás vendrá por añadidura? Me parece
insuficiente.
La
red de carreteras, con todas sus deficiencias, ha mejorado en los últimos
cuarenta años y no sirvió para frenar la emigración. Que tengamos unos
servicios públicos dignos y acordes a estos momentos es una condición
imprescindible para mantener población. Una sanidad pública adecuada, incluyo la atención a los mayores, al igual
que una educación con una oferta adaptada a la realidad son fundamentales. Las
deficiencias son demasiadas y el empleo muy escaso.
Los
polígonos industriales, como el de La Curiscada en Tineo o los de Obanca y
Tebongo en Cangas del Narcea, son fundamentales en las economías locales, sin
ellos, en todo el occidente, ya no quedaría nadie en este territorio. Castropol,
con el astillero de Gondán en Figueras, y Navia con la papelera de ENCE son
prácticamente la excepción en cuanto empresas de cierta envergadura, por empleo
y generación de riqueza.
El
PP y el PSOE son los máximos responsables de haber perpetuado esta situación de
abandono endémica del occidente asturiano, desde luego los alcaldes también,
los de ahora y los de antes, que antes de defender los intereses de los
ciudadanos han preservado su puesto y para ello han sido dóciles con «Oviedo y
Madrid».
Podemos hablar del tan cacareado reto demográfico, que a pesar de lo dicho y prometido
seguimos como estábamos, sin una ley asturiana para ese Reto Demográfico. Soy
consciente de que una ley no supone nada si luego no se aplica, pero es
indicativo de la preocupación, en este caso falta de preocupación, por un tema
tan trascendente para Asturias y especialmente para el occidente. A lo más que
han llegado es a nombrar a un Comisionado del Reto Demográfico, Jaime
Izquierdo, que está desaparecido. Probablemente no tenga competencias, si es
así mejor hubiera dejado el cargo y no cobrar un dinero que no se está ganando.
Estoy casi seguro que cuando deje el cargo publicará nuevos estudios sobre el
mundo rural, ha tenido tiempo para recabar información e ir redactándola.
Del Plan Especial para los concejos del Suroccidente asturiano ya hablé en otro
artículo, resumiendo, era papel mojado y se encargaron de realizar una lista
con las obras y servicios que eran necesarios ejecutar y que ya estaban
recogidos de forma dispersa.
No
hay que ser adivino ni premio Nobel, la pérdida, y el envejecimiento, de
población en el occidente asturiano es consecuencia de la falta de empleo, lo
demás son distracciones.
La
concentración de población en grandes urbes es una tendencia mundial - al igual
que los desequilibrios regionales - y ya sabemos lo que eso supone,
deshumanización, desigualdades y enormes problemas de índole social, económicos
y de gestión. El mantenimiento de
población en zonas rurales es clave para la conservación del paisaje,
con todos sus inconvenientes, la producción de alimentos de calidad cercanos a
los grandes centros de consumo, pero sobre todo es una cuestión de equidad, de
justicia social, no dejar abandonados a una parte de los ciudadanos que en
teoría tenemos los mismos derechos que los urbanitas.
El
occidente y el suroccidente asturiano no se merece el trato que reciben. No nos
pueden reducir a un enorme centro de producción electrica, explotaciones
auríferas y poco más. Nos están condenando a una muerte agónica.
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