No
todos los detectives privados son tipos duros y cínicos como Philip Marlowe de
Raymond Chandler o Sam Spade de Dashiell Hammett. Leticia Sánchez Ruiz nos
presenta en Los detectives perdidos a otros más cercanos. Por cierto, el
escritor y poeta chileno Roberto Bolaño tiene un poema titulado también Los
detectives perdidos.
Andrea
Cosano desaparece, es la novia del detective Casares Biel, una leyenda en la
profesión, pero no se ve capaz de buscarla y se lo encarga a otros compañeros.
Esa desaparición se convertirá en una obsesión para todos los que intervienen
en el caso.
La
infructuosa búsqueda logra desquiciar a los diversos detectives que se van
pasando el caso de uno a otro. Es como una matrioska, ya saben, esas
muñecas rusas huecas que en su interior llevan otras cada vez más pequeñas.
El
punto de partida es, además de la propia desaparición, un informe que entrega
Casares Biel a los primeros detectives, que resulta ser una carta de amor, o
así lo entienden. Nada más. Todas las opciones se convierten en callejones sin
salida que acaban desesperando y transformando el carácter de los
investigadores, que ante el deterioro
que sufren se ven obligados a pasar el caso a otro compañero de profesión, y
así uno tras otro.
Los
detectives están especializados, cada uno de ellos, en una serie de
investigaciones y reúnen unas condiciones más que sobradas para el desempeño de
su trabajo. Han accedido a ese mundo
desde ámbitos y profesiones diferentes que la autora nos irá descubriendo. Tras
la presentación del nuevo investigador nos narra algunos de los casos a los que
se han enfrentado y ahí nos aproximaremos a las miserias de la humanidad y sus
crímenes. Vamos, que con cada detective nos adentraremos en el mundo del crimen
y en su mundo personal.
Cada
investigador aporta nuevas líneas de investigación al caso Cosano que van
diversificando las opciones al tiempo que introducen más confusión.
Inevitablemente, tanto los detectives como los lectores, acabamos pensando en
un crimen perpetrado por Casares Biel que la hizo desaparecer.
La
obsesión, la desesperación por el caso irresoluto lleva a que entre los
investigadores se establezca una relación, no de amistad pero sí de apoyo, que
les permite continuar seguir hablando del suceso. Quien sabe, tal vez los
detectives necesiten compañía y encontrarse a ellos mismos.
El
tiempo pasa y nada parece haber cambiado. Transcurridos diez años una
casualidad introduce un elemento
inesperado. Bueno, al menos dos. En primer lugar, nos enteramos, en la página
151 de las 175 que tiene la novela, que lo que hemos leído hasta ese momento es
lo que cuenta el narrador a alguien. Ese narrador omniscente se concreta en un
nuevo detective del que no llegaremos a conocer ni siquiera su nombre. ¿A quién
se lo cuenta? Ah, para eso tendrán que leer el libro. Si les puedo decir que al
final hay sorpresa, bueno tampoco es tan extraño, para eso es una novela de
detectives perdidos.
Leí
de Leticia Sánchez su anterior libro, La Biblioteca de Max Ventura, y ya
me pasó lo mismo, no soy capaz de ubicarlos en un tiempo y un espacio. Desde
luego no supone ningún problema. La autora me sumerge en una atmosfera no diré
que inquietante, pero sí misteriosa que me lleva a pensar que tras lo evidente
hay algo más. Eso que vemos, que leemos, es la antesala de un mensaje oculto
que quiere que los lectores descubramos. Los personajes, tanto en Los
detectives perdidos como en La
Biblioteca de Max Ventura, resultan enigmáticos y tengo la sensación de que
sufren una cierta angustia vital. Unos más que otros, son personajes que parece
que les falta algo y que están siempre a la búsqueda de aquello que les haga
salir de esa atonía, por definirlo de alguna forma. Son seres incompletos que
mediante la búsqueda de algo o alquien creen que podrán encontrarse a ellos
mismos.
Quién
sabe, tal vez sean elucubraciones mías sin sentido, pero entre otras cosas eso
es lo que pretende la literatura, abrir nuevos caminos de interpretación en
cada uno de los lectores.
Seguiré
leyendo a esta joven escritora asturiana que va creando un estilo y forma de
narrar que me gusta. Les recomiendo Los
detectives perdidos, pero no esperen una novela detectivesca al uso.
Lo
podrán encontrar en su biblioteca pública o librería preferida.
Comentario para Cadena Ser Occidente 8 febrero 2023
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