Los que me leen o escuchan saben que doy mi
opinión sobre algunos de los libros que leo. No soy un crítico literario y se
nota. Tampoco pretendo serlo. Soy un lector más con unas opiniones ni mejores
ni peores que las de nadie. No suelo ser categórico ya que la lectura nos
conduce a cada lector por caminos diferentes, pero en esta ocasión, y
permítanmelo aunque sea por esta vez, voy a ser rotundo, le voy a hablar de un
libro odioso. Tal cosa me pareció El geólogo de Paul Theroux, traducido
por Damià Alou.
Dicho así suena fuerte, me explicaré. No es
que el libro esté mal escrito, es un libro comercial y ya está. Intercalo
ensayos con novelas - me gustan mucho las policíacas y la novela negra - elegí
esta ya que no recordaba haber leído nada de este autor. Buena la hice. Durante
todo el proceso de su lectura estuve endemoniado.
La narración de los acontecimientos la
realiza uno de los protagonistas, Cal. Son dos hermanos, este Cal, y su hermano
mayor, Frank. El primero es geólogo, el segundo abogado. Desde el primer
momento Cal nos describe a su hermano como un cínico, mentiroso, envidioso y le
adjudica un montón de adjetivos más. No exagera. Según avanzamos en las páginas
se confirman esas opiniones y Frank se convierte en un personaje no solo
desagradable si no repulsivo, odioso, nauseabundo. Me puso de mala leche. No
cabe más maldad e inquina en un personaje. Frank es un bicho malo.
El enfrentamiento venía desde la infancia y
ya en la edad adulta fue a peor. Cal, por su profesión, recorrió el mundo en busca
de yacimientos de minerales preciosos o muy buscados por las empresas. Frank se
quedó en la ciudad en la que nacieron y allí ejercía de abogado.
La hostilidad entre ambos creció aún más
cuando Cal decide comprar una casa para vivir en el pueblo donde nació y vive
su hermano y madre. Vita, su mujer, y posteriormente el hijo de ambos, se dejan
seducir por Frank. Los intentos de Cal por recuperar su familia no acaban muy
bien.
Cal no solo estaba desesperado por la
relación entre ambos, también le molestaba profundamente el que los vecinos
creyesen que su hermano era un dechado de virtudes, y no solo eran los vecinos,
incluso su madre está abducida por el «encanto» de Frank.
Frank le hace la vida imposible a su hermano
y… hasta aquí. Ya saben para saber más, tienen que leer el libro.
Pero si el personaje de Frank es inaguantable
no lo es menos el de Cal. No sé si llamarlo tonto, cretino o qué. Sabe como es
su hermano y, sin embargo, cae en todas y cada una de sus trampas, luego se
lamenta. Si uno me ponía de mala leche el otro también. De verdad, los
personajes son tan exasperantes que tenía unas ganas locas de llegar al final.
Vita, mujer de Cal, el hijo, Gabe, son unos
mastuerzos que se dejan engañar sin enterarse de nada y que acaban poniéndose del lado de Frank.
Otros a los que apetece darles dos tortas para espabilarlos.
Además de este dramón familiar hay un toque
de empoderamiento de la mujer con Vita, que luego se diluirá por obra y gracia
del pérfido Frank. Asimismo, se recoge la explotación laboral de niños en minas
de Colombia y de África. Y para culminar la obra tenemos una familia de narcos
que echarán una mano a Cal.
Lo dicho, es una novela odiosa de leer, al
menos para mí. El geólogo es adecuada para aquellos que quieran
flagelarse con un drama desquiciante. Sufrí leyéndola, lo reconozco. Fue un
acto de masoquismo que siento mucho, me he equivocado y no volverá a suceder,
no sería capaz de volver a soportar algo así.
Dicho esto, lo mejor que pueden hacer es leer
la novela y si les pasa lo que a mí, por favor, no me hagan responsable. Sí al
final la leen les recomiendo un tranquilizante. Perdón, no se automediquen.
Lo podrán encontrar en su biblioteca pública
o librería preferida.
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